Leyenda (Legend, Ridley Scott, 1985)
Lili (Mia Sara) es una bella princesa de un país sin nombre a la que le gusta pasear por el bosque encantado. Ella dice que va a ver a unos parientes, pero en realidad va a encontrarse con Jack (Tom Cruise), un muchacho tan puro como ella misma y el bosque que frecuenta. Jack siempre tiene algo maravilloso que mostrarle, de tal modo que un buen día, la sorpresa que le tiene reservada es nada menos que contemplar los dos últimos unicornios que quedan, símbolos de la pureza del mundo. Pero tan maravillosa experiencia puede convertirse en una tragedia sin precedentes cuando el mal supremo anda rondando por los alrededores dispuesto a aprovecharse de su inocencia: una personificación del diablo (Tim Curri) intentará extender la noche eterna asesinando al unicornio de esas tierras. Aunque no parece que haya salvación, Jack y sus amigos se enfrentarán a él para salvar al mundo y a la princesa… Tras sus obras maestras Los Duelistas (1977), Alien (1979) y Blade Runner (1982), Ridley Scott realizó esta fantasía de duendecillos, demonios y princesas que tan de moda estaba en la década de los 80. Y le salió una película visualmente deslumbrante para la época. Habían colas que rodeaban manzanas en los cines que estrenaron Leyenda. Tal era la expectación. Fue una cinta fascinante desde la parte visual en el diseño artístico, desde la oscura puesta en escena y desde los grandilocuentes escenarios repletos de magia y encanto, que se consigue gracias a un gran despliegue técnico en los efectos especiales, vestuario y por sobre todo en el maquillaje, el cual fue nominado al Oscar. Pero lamentablemente uno de sus puntos flojos fue el elemento más importante en toda película: el guión. La historia es demasiado sencilla y carente de emociones como para que en sí misma tenga valor. El resultado fue un verdadero fracaso de crítica por esa parte. Algo que Scott intentó remediar con un nuevo montaje y nueva música, pero nada funcionó. Aunque algo que se destaca y mucho es que no parece un filme ochentero en sus apartados técnicos, los cuales tienen una calidad sobresaliente. Tan rico es el universo creado por Ridley Scott que sirvió para inspirar una de las grandes sagas de videojuegos de toda la historia, “The Legend of Zelda”.
Lili (Mia Sara) es una bella princesa de un país sin nombre a la que le gusta pasear por el bosque encantado. Ella dice que va a ver a unos parientes, pero en realidad va a encontrarse con Jack (Tom Cruise), un muchacho tan puro como ella misma y el bosque que frecuenta. Jack siempre tiene algo maravilloso que mostrarle, de tal modo que un buen día, la sorpresa que le tiene reservada es nada menos que contemplar los dos últimos unicornios que quedan, símbolos de la pureza del mundo. Pero tan maravillosa experiencia puede convertirse en una tragedia sin precedentes cuando el mal supremo anda rondando por los alrededores dispuesto a aprovecharse de su inocencia: una personificación del diablo (Tim Curri) intentará extender la noche eterna asesinando al unicornio de esas tierras. Aunque no parece que haya salvación, Jack y sus amigos se enfrentarán a él para salvar al mundo y a la princesa… Tras sus obras maestras Los Duelistas (1977), Alien (1979) y Blade Runner (1982), Ridley Scott realizó esta fantasía de duendecillos, demonios y princesas que tan de moda estaba en la década de los 80. Y le salió una película visualmente deslumbrante para la época. Habían colas que rodeaban manzanas en los cines que estrenaron Leyenda. Tal era la expectación. Fue una cinta fascinante desde la parte visual en el diseño artístico, desde la oscura puesta en escena y desde los grandilocuentes escenarios repletos de magia y encanto, que se consigue gracias a un gran despliegue técnico en los efectos especiales, vestuario y por sobre todo en el maquillaje, el cual fue nominado al Oscar. Pero lamentablemente uno de sus puntos flojos fue el elemento más importante en toda película: el guión. La historia es demasiado sencilla y carente de emociones como para que en sí misma tenga valor. El resultado fue un verdadero fracaso de crítica por esa parte. Algo que Scott intentó remediar con un nuevo montaje y nueva música, pero nada funcionó. Aunque algo que se destaca y mucho es que no parece un filme ochentero en sus apartados técnicos, los cuales tienen una calidad sobresaliente. Tan rico es el universo creado por Ridley Scott que sirvió para inspirar una de las grandes sagas de videojuegos de toda la historia, “The Legend of Zelda”.
Juegos de Amor en la Universidad / Quiero decirte que te amo (The Sure Thing, Rob Reiner, 1985)
Comedia romántica en la que Gib (John Cusack) el típico chico universitario que siempre sale en busca de un romance a "lo seguro": una apuesta garantizada al 100%, sin preguntas ni ataduras ni culpa. Por otra parte, a Alison (Daphne Zúñiga) le gustan los hombres maduros, prefiere acostarse pronto a ir de fiesta y quiere visitar a su novio abogado durante las vacaciones de invierno. De caracteres tan desiguales, ambos se verán atrapados juntos en un infernal viaje por carretera hacia California, y en algún momento de su jornada, descubren que su compañía les resulta mutuamente soportable… Una agradable road movie romántica y cómica que obtuvo buenas críticas en Estados Unidos. A John Cusack, que ya por aquella época empezaba a desprender sus habilidades, el papel cómico le queda perfecto.
Laberinto / Dentro del Laberinto (Labyrinth, Jim Henson, 1986)
Sarah (Jennifer Connelly) es una adolescente caprichosa y deseosa de que su hermano pequeño desaparezca cuanto antes. Una noche el deseo se cumple, el bebé es secuestrado por los duendes (goblins) que se encuentran debajo de su cama, y ella se interna en el mágico mundo para rescatarlo. El problema es que deberá atravesar un laberinto donde las cosas no siempre son lo que parecen, mientras que el malvado pero seductor rey Jareth (David Bowie) le va poniendo una prueba tras otra para llegar a su mágico castillo y recuperar a su hermanito. Solo que en el laberinto nadie le va a indicar a Sarah el camino que debe elegir. Tratarán de desviarla y de hacerla desistir de su propósito… Fantástica y entrañable película en la que George Lucas funge como productor ejecutivo y Frank Oz como animador de las decenas de criaturas-marionetas que pululan por ese mundo mágico y original, claramente inspirado en las películas de Alicia en el País de las Maravillas (1951) y La Historia sin Fin (1984), aunque eso sí, más sencillo y discreto que el resultado visual conseguido por Leyenda (Ridley Scott, 1985).
La Misión (The Mission, Roland Joffé, 1986)
América, siglo XVIII. La Misión se encuadra en la jungla tropical que está por encima de las cataratas de Iguazú. Allí un jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el camino de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y una flauta. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la Misión de San Carlos. A sus seguidores se une Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex traficante de esclavos, mercenario y asesino, que encuentra su redención entre sus antiguas víctimas, convirtiéndose a su vez en jesuita. Después de años de luchar juntos, se ven divididos por posturas opuestas en una dramática batalla por la independencia de los nativos. Uno confía en el poder de la oración. El otro cree en la fuerza de la espada… La Misión fue una película atípica de los 80 debido a la temática tratada. Es un film estéticamente hermoso y con un reparto excelente. Su banda sonora, ha sido considerada siempre por ese maestro de maestros que es Morricone, como su mejor trabajo. Y pese a tener momentos de notable bajada de ritmo, que se pueden llegar a hacer aburridos, las magníficas interpretaciones (De Niro colosal sin histrionismos, e Irons perfecto en un tiempo en el que ni sospechaba hasta donde caería), la majestuosa banda sonora, unas localizaciones de ensueño fotografiadas con exquisitez, y un guión claramente crítico con la vergonzosa actuación hispano-portuguesa en unas nuevas tierras que se expoliaron sin ninguna vergüenza, hacen de ésta una película inmensa, repleta de momentos dolorosos y emotivos, y todo un ejemplo de lo que la ambición y la falta de escrúpulos son capaces de hacer cuando personas inocentes se cruzan en su camino. Cinta ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y del Oscar por la Mejor Fotografía, aunque también fue nominada como Mejor Película, Director, Música, Edición, Vestuario y Dirección de Arte.
Comedia romántica en la que Gib (John Cusack) el típico chico universitario que siempre sale en busca de un romance a "lo seguro": una apuesta garantizada al 100%, sin preguntas ni ataduras ni culpa. Por otra parte, a Alison (Daphne Zúñiga) le gustan los hombres maduros, prefiere acostarse pronto a ir de fiesta y quiere visitar a su novio abogado durante las vacaciones de invierno. De caracteres tan desiguales, ambos se verán atrapados juntos en un infernal viaje por carretera hacia California, y en algún momento de su jornada, descubren que su compañía les resulta mutuamente soportable… Una agradable road movie romántica y cómica que obtuvo buenas críticas en Estados Unidos. A John Cusack, que ya por aquella época empezaba a desprender sus habilidades, el papel cómico le queda perfecto.
Laberinto / Dentro del Laberinto (Labyrinth, Jim Henson, 1986)
Sarah (Jennifer Connelly) es una adolescente caprichosa y deseosa de que su hermano pequeño desaparezca cuanto antes. Una noche el deseo se cumple, el bebé es secuestrado por los duendes (goblins) que se encuentran debajo de su cama, y ella se interna en el mágico mundo para rescatarlo. El problema es que deberá atravesar un laberinto donde las cosas no siempre son lo que parecen, mientras que el malvado pero seductor rey Jareth (David Bowie) le va poniendo una prueba tras otra para llegar a su mágico castillo y recuperar a su hermanito. Solo que en el laberinto nadie le va a indicar a Sarah el camino que debe elegir. Tratarán de desviarla y de hacerla desistir de su propósito… Fantástica y entrañable película en la que George Lucas funge como productor ejecutivo y Frank Oz como animador de las decenas de criaturas-marionetas que pululan por ese mundo mágico y original, claramente inspirado en las películas de Alicia en el País de las Maravillas (1951) y La Historia sin Fin (1984), aunque eso sí, más sencillo y discreto que el resultado visual conseguido por Leyenda (Ridley Scott, 1985).
La Misión (The Mission, Roland Joffé, 1986)
América, siglo XVIII. La Misión se encuadra en la jungla tropical que está por encima de las cataratas de Iguazú. Allí un jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el camino de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y una flauta. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la Misión de San Carlos. A sus seguidores se une Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex traficante de esclavos, mercenario y asesino, que encuentra su redención entre sus antiguas víctimas, convirtiéndose a su vez en jesuita. Después de años de luchar juntos, se ven divididos por posturas opuestas en una dramática batalla por la independencia de los nativos. Uno confía en el poder de la oración. El otro cree en la fuerza de la espada… La Misión fue una película atípica de los 80 debido a la temática tratada. Es un film estéticamente hermoso y con un reparto excelente. Su banda sonora, ha sido considerada siempre por ese maestro de maestros que es Morricone, como su mejor trabajo. Y pese a tener momentos de notable bajada de ritmo, que se pueden llegar a hacer aburridos, las magníficas interpretaciones (De Niro colosal sin histrionismos, e Irons perfecto en un tiempo en el que ni sospechaba hasta donde caería), la majestuosa banda sonora, unas localizaciones de ensueño fotografiadas con exquisitez, y un guión claramente crítico con la vergonzosa actuación hispano-portuguesa en unas nuevas tierras que se expoliaron sin ninguna vergüenza, hacen de ésta una película inmensa, repleta de momentos dolorosos y emotivos, y todo un ejemplo de lo que la ambición y la falta de escrúpulos son capaces de hacer cuando personas inocentes se cruzan en su camino. Cinta ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y del Oscar por la Mejor Fotografía, aunque también fue nominada como Mejor Película, Director, Música, Edición, Vestuario y Dirección de Arte.
La Chica de Rosa (Pretty in Pink, Howard Deutch, 1986)
Andie Walsh (Molly Ringwald) es una buena estudiante de clase humilde que se enamora de Blane (Andrew McCarthy), un chico guapo y sensible de buena familia. Sus sentimientos son correspondidos, pero la gente de alrededor hará todo lo imposible para que su relación no funcione… El guión de esta entrañable cinta corresponde a la autoría de John Hughes, el más famoso director ochenteno recién desaparecido, y aunque es de las películas menos exitosas y entretenidas de toda la carta de Hughes, es de lo más romántica y sentimental que se puede encontrar en el año 1986.
Me Enamoré de un Maniquí (Mannequin, Michael Gottlieb, 1987)
Flojísima pero taquillera comedia romántica protagonizada por Andrew McCarthy, un actor que llegó a ser bastante popular en los años ochenta, en la que interpreta al dependiente de unos grandes almacenes que un día descubre que una de sus maniquíes es una mujer del antiguo Egipto que ha cobrado vida (Kim Cattrall). Este hecho se convierte para él en motivo de inspiración para el diseño de los escaparates, y por supuesto, se enamora de la chica. Pero unos rivales del gremio pretenderán descubrir el secreto de su éxito… La película en su tiempo era muy original y divertida, con un argumento que no se había visto antes, pero la crítica la definió como una película sobre, para, y hecha por tontos. Vista hoy en día, quizá tengan razón, pero sigue conservando ese halo de las películas ochentenas que causan placer culpable luego de una nueva revisión. Los efectos de transformación de Cattrall en maniquí y viceversa son bastante deplorables, pero el tema musical fue un exitazo en aquellos años y llegó incluso a ser nominado al Oscar por Mejor Canción: “Nothing’s Gonna Stop Us Now”, de Starship. En 1991 llegó una infumable secuela titulada Atrapa ese Maniquí (Mannequin 2: On the Move, Stewart Raffill), con otra historia y nuevos actores: Kristy Swanson, William Ragsdale.
Maurice (James Ivory, 1987)
Gran Bretaña, principios de siglo: El joven Maurice Hall (James Willby), al ir a la Universidad, se enamora de Clive Durham (Hugh Grant), uno de sus compañeros de clase. Juntos vivirán un romance que ambos mantendrán oculto por su propia seguridad. Sin embargo, para sentar la cabeza y evitar las habladurías, su novio decide casarse con una joven muchacha. Maurice seguirá manteniendo alguna relación secreta con otros hombres y una más pasional con Alec (Rupert Graves), el empleado de los Durham, aunque ninguno se comparará con su primer amor... Basada en la obra póstuma de E.M. Foster, la película contiene todos los elementos característicos de la obra de Ivory: una cuidada reconstrucción de la época, una hermosa fotografía, una música preciosista y discreta, y una afortunada dirección de actores. Ganó el premio como Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Maurice se erige como una obra interesantísima que por el tema que trata ha sido condenada a la censura y rara vez puede verse en televisión.
Andie Walsh (Molly Ringwald) es una buena estudiante de clase humilde que se enamora de Blane (Andrew McCarthy), un chico guapo y sensible de buena familia. Sus sentimientos son correspondidos, pero la gente de alrededor hará todo lo imposible para que su relación no funcione… El guión de esta entrañable cinta corresponde a la autoría de John Hughes, el más famoso director ochenteno recién desaparecido, y aunque es de las películas menos exitosas y entretenidas de toda la carta de Hughes, es de lo más romántica y sentimental que se puede encontrar en el año 1986.
Me Enamoré de un Maniquí (Mannequin, Michael Gottlieb, 1987)
Flojísima pero taquillera comedia romántica protagonizada por Andrew McCarthy, un actor que llegó a ser bastante popular en los años ochenta, en la que interpreta al dependiente de unos grandes almacenes que un día descubre que una de sus maniquíes es una mujer del antiguo Egipto que ha cobrado vida (Kim Cattrall). Este hecho se convierte para él en motivo de inspiración para el diseño de los escaparates, y por supuesto, se enamora de la chica. Pero unos rivales del gremio pretenderán descubrir el secreto de su éxito… La película en su tiempo era muy original y divertida, con un argumento que no se había visto antes, pero la crítica la definió como una película sobre, para, y hecha por tontos. Vista hoy en día, quizá tengan razón, pero sigue conservando ese halo de las películas ochentenas que causan placer culpable luego de una nueva revisión. Los efectos de transformación de Cattrall en maniquí y viceversa son bastante deplorables, pero el tema musical fue un exitazo en aquellos años y llegó incluso a ser nominado al Oscar por Mejor Canción: “Nothing’s Gonna Stop Us Now”, de Starship. En 1991 llegó una infumable secuela titulada Atrapa ese Maniquí (Mannequin 2: On the Move, Stewart Raffill), con otra historia y nuevos actores: Kristy Swanson, William Ragsdale.
Maurice (James Ivory, 1987)
Gran Bretaña, principios de siglo: El joven Maurice Hall (James Willby), al ir a la Universidad, se enamora de Clive Durham (Hugh Grant), uno de sus compañeros de clase. Juntos vivirán un romance que ambos mantendrán oculto por su propia seguridad. Sin embargo, para sentar la cabeza y evitar las habladurías, su novio decide casarse con una joven muchacha. Maurice seguirá manteniendo alguna relación secreta con otros hombres y una más pasional con Alec (Rupert Graves), el empleado de los Durham, aunque ninguno se comparará con su primer amor... Basada en la obra póstuma de E.M. Foster, la película contiene todos los elementos característicos de la obra de Ivory: una cuidada reconstrucción de la época, una hermosa fotografía, una música preciosista y discreta, y una afortunada dirección de actores. Ganó el premio como Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Maurice se erige como una obra interesantísima que por el tema que trata ha sido condenada a la censura y rara vez puede verse en televisión.
Viaje Insólito / El Chip Prodigioso (Innerspace, Joe Dante, 1987)
El temperamental piloto Tuck Pendelton (Dennis Quaid), novio de Lydia Maxwell (Meg Ryan), se presta voluntario para un experimento que consiste en miniaturizarle en el interior de una cápsula que debe ser introducida en un cobayo. Pero unos delincuentes intentan apropiarse del invento y Pendelton acaba por casualidad en el interior de un ser humano hipocondríaco llamado Jack Putter (Martin Short), empleado de un supermercado. A partir de ahí, ambos se verán obligados a colaborar para conseguir que Tuck pueda salir del cuerpo de Jack antes de que se le acabe el oxigeno... Espectacular viaje intravenoso producido por Steven Spielberg, que sigue los argumentos de la mítica Un Viaje Alucinante (Fantastic Voyage, Richard Fleischer, 1966). El resultado es una nostálgica y entretenida película de aventuras por los curiosos paisajes del cuerpo humano que generó en taquilla $25,9 millones, y obtuvo el Oscar de Mejores Efectos Visuales, claro, conseguidos efectos para los años 80’s.
El temperamental piloto Tuck Pendelton (Dennis Quaid), novio de Lydia Maxwell (Meg Ryan), se presta voluntario para un experimento que consiste en miniaturizarle en el interior de una cápsula que debe ser introducida en un cobayo. Pero unos delincuentes intentan apropiarse del invento y Pendelton acaba por casualidad en el interior de un ser humano hipocondríaco llamado Jack Putter (Martin Short), empleado de un supermercado. A partir de ahí, ambos se verán obligados a colaborar para conseguir que Tuck pueda salir del cuerpo de Jack antes de que se le acabe el oxigeno... Espectacular viaje intravenoso producido por Steven Spielberg, que sigue los argumentos de la mítica Un Viaje Alucinante (Fantastic Voyage, Richard Fleischer, 1966). El resultado es una nostálgica y entretenida película de aventuras por los curiosos paisajes del cuerpo humano que generó en taquilla $25,9 millones, y obtuvo el Oscar de Mejores Efectos Visuales, claro, conseguidos efectos para los años 80’s.
Robocop (Paul Verhoeven, 1987)
La acción tiene lugar en Detroit (Michigan) en un futuro no muy lejano. El desorden y la criminalidad han convertido la ciudad en un lugar inhabitable. Por ello los responsables de la seguridad pública han decidido construir robots capaces de enfrentarse a los delincuentes en sustitución de los policías. Un fallo imprevisto del modelo de pruebas impone la búsqueda urgente de soluciones rápidas: Alex J. Murphy (Peter Weller), agente de policía, es asesinado en acto de servicio. Con el fin de frenar la delincuencia en la ciudad, las autoridades aprueban la creación de una máquina letal mitad robot, mitad hombre, a la que llaman Robocop. Para su fabricación, utilizan el cuerpo de Murphy. El experimento parece un éxito, y el nuevo ser comienza a patrullar las calles en compañía de la agente Anne Lewis (Nancy Allen), pero la memoria del policía no está del todo destruida e inicia una cruel venganza de los tipos que lo asesinaron... Octavo largometraje de Verhoeven, con el que hace su debut en el cine americano. Este filme acusa influencias de Terminator (1984), del monstruo de Frankenstein (1931), de robots de La Guerra de las Galaxias (1977), y la estética oscura inspirada en el mundo del cómic. Es nominado al Oscar de Mejor Edición y Sonido, y gracias al éxito conseguido, en 1988 se crea la serie animada con 12 episodios. Las secuelas llegarían en 1989 con Robocop 2 (Irvin Kershner) y en 1992 con Robocop 3 (Fred Dekker). En 1994-1995 se transmitió una nueva serie de acción real también llamada "Robocop" que tuvo 22 episodios y pretendía ser la continuación de la trilogía original. Y finalmente, entre 1998-1999 volvió el antihéroe a la pantalla chica en formato de animación con "RoboCop: Alpha Comando" a lo largo de 40 episodios. Y por si esto fuera poco, parece ser que en 2011 Darren Aronofsky dirigirá el remake de la película de Verhoeven, que ya se ha convertido en clásico de culto.
La acción tiene lugar en Detroit (Michigan) en un futuro no muy lejano. El desorden y la criminalidad han convertido la ciudad en un lugar inhabitable. Por ello los responsables de la seguridad pública han decidido construir robots capaces de enfrentarse a los delincuentes en sustitución de los policías. Un fallo imprevisto del modelo de pruebas impone la búsqueda urgente de soluciones rápidas: Alex J. Murphy (Peter Weller), agente de policía, es asesinado en acto de servicio. Con el fin de frenar la delincuencia en la ciudad, las autoridades aprueban la creación de una máquina letal mitad robot, mitad hombre, a la que llaman Robocop. Para su fabricación, utilizan el cuerpo de Murphy. El experimento parece un éxito, y el nuevo ser comienza a patrullar las calles en compañía de la agente Anne Lewis (Nancy Allen), pero la memoria del policía no está del todo destruida e inicia una cruel venganza de los tipos que lo asesinaron... Octavo largometraje de Verhoeven, con el que hace su debut en el cine americano. Este filme acusa influencias de Terminator (1984), del monstruo de Frankenstein (1931), de robots de La Guerra de las Galaxias (1977), y la estética oscura inspirada en el mundo del cómic. Es nominado al Oscar de Mejor Edición y Sonido, y gracias al éxito conseguido, en 1988 se crea la serie animada con 12 episodios. Las secuelas llegarían en 1989 con Robocop 2 (Irvin Kershner) y en 1992 con Robocop 3 (Fred Dekker). En 1994-1995 se transmitió una nueva serie de acción real también llamada "Robocop" que tuvo 22 episodios y pretendía ser la continuación de la trilogía original. Y finalmente, entre 1998-1999 volvió el antihéroe a la pantalla chica en formato de animación con "RoboCop: Alpha Comando" a lo largo de 40 episodios. Y por si esto fuera poco, parece ser que en 2011 Darren Aronofsky dirigirá el remake de la película de Verhoeven, que ya se ha convertido en clásico de culto.
Los Amos del Universo (Masters of the Universe, Gary Goddard, 1987)
He-Man (Dolph Lungreen) y sus amigos deben viajar a la Tierra del siglo XX para rescatar una llave cósmica que les permita derrotar a Skeletor (Frank Langella), que se ha apoderado del castillo de Grayskull y que mantiene prisionera a Sorceress. Los inconvenientes son que Skeletor posee otra llave y que la original está en manos de unos jóvenes terrícolas, que creen que es un instrumento musical… Entretenida adaptación de los dibujos animados “He-Man y los Amos del Universo”, que se transmitió como serie de tv. entre 1982 y 1985, con 150 episodios. Hay que reconocer que su traslación como película es técnica y objetivamente mala. Muchos de los personajes de caricatura eran difíciles de concretarse en una versión real, por lo tanto esta adaptación prescindió de muchos de ellos (por ejemplo, no podían hacer volar a “Orko” y se inventaron al tontorrón “Wildorn”) y se decidió llevar la acción al mundo de los humanos. Si en su momento se vio esta película y nos gustó, la verdad que no vale la pena romper nuestros gratos recuerdos en una nueva revisión, hay películas que sólo debemos ver una vez. Al final de los créditos, Skeletor emerge del abismo en el que cae, y dice: "Volveré"......no volvió.... pero ya se prepara remake.
Parece que toca hablar de los 80, jaja!!...pues si grandes pelis también, con mucha y desbordante imaginación sin duda.
ResponderEliminarBueno me es imposible dar una respuesta a un pos tan extenso, como siempre felicidades.
En general de los 80 tengo la impresión de que las pelis han envejecido...pero claro es una cuestión subjetiva infuida porque eos peinados cardados y moda en general la conocí en mi juventud ...una peli de los 40 pues no...pero ves a Bowie siempre es un placer ;)
saludos