Siempre es lindo recordar, muchísimo más cuando nuestras memorias tienen lustros o décadas de haber acontecido. Pero lo malo de recordar es darnos cuenta de que seguimos viviendo en el pasado, de que no hemos avanzado, de que nos estancamos irremediablemente en una épocas de gustos, actitudes y creencias, en fin, de que no hemos evolucionado junto con la imagen que proyectamos en el espejo. Pero vamos, todos los cinéfilos tenemos recuerdos de ciertos ídolos de la pantalla que marcaron nuestra época de adolescentes, aquella época en que nos permitíamos tener nuestra habitación plagada de posters e imitar con la ropa o las actitudes a nuestros actores del momento. Hoy habremos de remontarnos casi tres décadas al pasado, a los grandiosos años 80’s, cuando el pelo esponjado, los jeans entubados, los calentadores en las piernas, las hombreras, el maquillaje cargado o el vello pectoral eran lo más in y cool de la época. La música había dejado de ser disco para comenzar a ser pop y transitar al rock. Las discotecas volvían locos a los chavos bailando al ritmo de las canciones de Irene Cara y Madonna. Llegaba la videograbadora a los hogares y se extendían los betamax. La MTV y los videojuegos de pantalla negra hacían su aparición. Las chicas descubrieron a Rob Lowe, Patrick Swayze, Richard Gere y Tom Cruise. "Take My Breath Away" era la canción de moda para los enamorados. Cher ganaba un Oscar como Mejor Actriz y Michael Jackson batía records de venta con "Thriller". El cine de la nueva generación lloraba con E.T., se aterrorizaba con Freddy Krugger, Jason Vorhees y Michael Myers, se emocionaba con Indiana Jones, se erotizaba con Kathleen Turner, Brooke Shields y Kim Basinger. El público conocedor quedaba desconcertado con la visión futurista de Blade Runner y prefería Volver al Futuro. Estos fueron los años 80’s, la generación de la loca diversión. Una mirada a través de los 125 títulos más representativos de la década, pelis buenas y no tan buenas, pero todas entrañables.
La Laguna Azul (The Blue Lagoon, Randal Kleiser, 1980)
Una tierna historia de amor, bellos paisajes naturales, y cuerpos semidesnudos hicieron de esta película una referencia obligada para la juventud de comienzos de los 80’s. Los jovencitos soñaron con tener una novia como Brooke Shields, y las chicas con tener un galán como Christopher Atkins. Esta es la historia donde un trágico naufragio deja a dos niños y un cocinero a la deriva en una isla desierta en el Pacífico Sur. Poco tiempo después, el cocinero muere y los dos chicos, “Emmeline” y “Richard”, crecen en medio del paraíso tropical, sin más contacto que la naturaleza que los rodea. Poco a poco, la pareja aprende a convivir en su nuevo hogar, descubriendo por sí mismos todo cuanto la adolescencia les ofrece. Así nace entre ellos un amor salvaje, puro y natural que habrá incluso de darles un hijo, pero, ¿podrán algún día regresar a la civilización? Puesto que salen menores desnudos, sectas de cristianos tacharon la película de "inmoral" y se amenazó al director y a todo el equipo de mayores vestidos que filmaron a los menores desvestidos. Con 14 años en el momento del rodaje Shields está mejor de lo que nunca haya estado. Y él, Christopher Atkins, era algo mayor y tenía 17 años.
En esta controvertida película, un agente de policía (Al Pacino) se infiltra en el submundo gay de los barrios neoyorquinos para dar caza a un asesino serial en los clubs de ambiente (Richard Cox), sin embargo, la exploración que hace de los usos y costumbres de los rituales sadomasoquistas le lleva a descubrir sus propios deseos.
Fama (Fame, Alan Parker, 1980)
El director realiza su primer trabajo en Estados Unidos dirigiendo este filme que se centra en la vida de varios jóvenes que siguen sus estudios ya sea de danza, actuación o música, en la academia de artes integrales en Nueva York. La banda sonora fue un tremendo éxito de la mano de Irene Cara y sin duda ayudo a posicionar la película, recibiendo 6 nominaciones al Oscar y 3 a los Globos de Oro. El remake está próximo a estrenarse y amenaza con el fracaso.
Viernes 13 (Friday the 13th, Sean S. Cunningham, 1980)
Inicia la década y tratando de imitar el fenómeno que había resultado Halloween dos años antes, surge Viernes 13 como una película independiente protagonizada por Besty Palmer, Adrienne King, Harry Crosby y Kevin Bacon, para aprovechar el interés del resucitado género de terror. El argumento no hace más que seguir lo que después se convertiría en un cliché para este tipo de cintas: un hecho maligno que sucedió en el pasado, adolescentes que creen no necesitar la protección de los adultos, y el asesino serial que siente clemencia por las vírgenes. En este clásico, el campamento del Lago Crystal, cerrado desde hace veinte años debido a una serie de terribles crímenes que nunca fueron resueltos, ha vuelto a abrir sus puertas. Las instalaciones necesitan reparaciones y días antes de la reapertura los monitores se dedican a ir arreglando los desperfectos. Pero durante una noche de tormenta todo se convierte en una pesadilla y los jóvenes son asesinados de diversas maneras, a cual más macabra. Quizá lo más llamativo de la cinta es la identidad del asesino. A día de hoy todo el mundo conoce a “Jason Voorhees”, el gigantesco asesino de la máscara de hockey. Pues en esta primera entrega de la saga, “Jason” solo sale un momento al final. Los asesinatos son cometidos por su vengativa madre. El ver a esta señora totalmente poseída y desquiciada es lo único mínimamente inquietante de toda la historia.
Halloween II (Rick Rosenthal, 1981)
Continuación de la exitosa película de 1978, esta vez el psicópata “Michael Myers” (Tony Moran), que años atrás cometió una masacre en un pequeño pueblo estadounidense y al que todos creían muerto, vuelve a ponerse en acción. Ahora se dirige a un pequeño hospital donde está internada “Laurie” (Jamie Lee Curtis), la única víctima que logró sobrevivir a su primer ataque. Mientras tanto, el doctor “Loomis” (Donald Pleasence) sigue buscando a su sanguinario paciente.
Amor sin Final / Amor Eterno (Endless Love, Franco Zeffirelli, 1981)
Esta menospreciada y almibarada película de Zeffirelli (creador también de Romeo y Julieta del ’68), que fue el debut cinematográfico de Tom Cruise, mostró a Martin Hewitt y Brooke Shields en el inicio de sus carreras como joven pareja de adolescentes (él de 17, ella de 15), fascinados por haber encontrado un amor que están seguros sobrevivirá más allá de la muerte. Ambas familias ven con beneplácito esta relación, inocente y casta. Pero una noche, después de una fiesta, la pareja hará el amor en la sala de la casa de la chica, con la ardiente chimenea iluminando el acto, mientras una permisiva madre (Shirley Knight) que siente algún tipo de atracción por el novio, contempla su amor eterno adicionado de una popular y nostálgica melodía de Lionel Ritchie y Diana Ross. Sin embargo, cuando el padre se da cuenta, y hay un incendio involuntario provocado por el muchacho, el escándalo es tal que los obligan a terminar su relación. El chico es ingresando a un hospital psiquiátrico, y a la chica se le prohíbe volver a verlo. La pasión obsesiva de él les deparará nuevas dificultades.
Porky’s (Bob Clark, 1981)
Comedia burda de adolescentes con la hormona alborotada que planean vengarse del dueño de un club nocturno en la Florida de los 50’s, luego de haber sido públicamente humillados al no querer compartir con ellos a las chicas del local para satisfacer sus deseos carnales. Varios tipos de personajes aparecen en la película, que además se permite un subtexto de tolerancia racial, y el éxito que tuvo en su día inició un género fascinante, el “teenagers”. La mejor secuencia sin duda es cuando un grupo de muchachitos espía por unos agujeros las duchas de las chicas, ellas los descubren y les siguen el juego. El más atrevido del grupo empieza a bromear con ellas mostrando su órgano sexual a través del orificio, hasta que llega la típica profesora de gimnasia gorda y fea (Nancy Parsons) y le agarra por sus partes íntimas para que no se le escape el bribón. Sobresale Kim Kattrall (Sex and the City) con su rol de “Miss. Honeywell”, la ayudante de deportes a la que secretamente llaman “Lassie”.
Cuerpos Ardientes / Fuego en el Cuerpo (Body Heat, Lawrence Kasdan, 1981)
Esta puesta al día del clásico de Billy Wilder, Perdición (Double Indemnity, 1944) nos muestra a un abogado de cuarta categoría (William Hurt) que busca sobrevivir en medio de la ola de calor que azota a Florida. Una noche conoce a una hermosa mujer con quien inicia un romance (Kathleen Turner). El único problema es el esposo de ella, un tipo rico y mayor. Sólo él los separa de la felicidad. Entonces él decide armar un plan para asesinarlo. O eso cree. Porque tal vez sólo sea un juguete de alguien más astuto. Esta pieza de cine negro llena de erotismo y buenos diálogos fue el debut como director del guionista Lawrence Kasdan, así como el debut de la actriz Kathleen Turner, siendo en esta película posiblemente una de las mujeres de mayor carga sensual en la historia de cine.
Un Hombre Lobo Americano en Londres (An American Werewolf in London, John Landis, 1981)
David Naughton y Jenny Agutter protagonizan esta comedia negra que se ha convertido en todo un clásico de culto. “David Kessler” y “Jack” son dos jóvenes estadounidenses que, con sus mochilas a la espalda, van a pasar tres meses recorriendo Europa. En Inglaterra, en una zona rural desolada, la gente les da unos consejos escalofriantes: “no os apartéis del camino y no os acerquéis a los páramos” y “cuidado con la luna”. Los jóvenes emprenden la marcha en la oscuridad y oyen un aullido terrorífico procedente de los páramos, sin saber que les persigue una bestia mítica sedienta de sangre. Las personas que mata esa criatura se convierten en muertos vivientes que deben vagar por la Tierra eternamente, pero aquél que escapa con vida tiene reservado un destino diferente. “Jack muere”, y “David” queda malherido en el suelo. El protagonista despierta semanas después en un hospital londinense. La policía cree que han sido atacados por un psicópata, pero “David” sabe que no es así, y que aquel que es mordido por un hombre lobo se convierte en uno de ellos... Si bien las efectivas escenas de la transformación ya las había mostrado Joe Dante en su filme Aullidos (1980), fue por esta peli que la Academia de Hollywood creó la categoría de Mejor Maquillaje en la entrega del Oscar.
Cazadores del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark, Steven Spielberg, 1981)
Este es el primer filme del famoso arqueológo Indiana Jones (Harrisond Ford) que recuperó el género de aventuras que tan famoso había hecho el cine clásico. El brillante guión de Lawrence Kasdan sitúa la narración en los años treinta, lo que permitió encontrar a villanos tan paradigmáticos como los nazis, a los que el Dr. Jones deberá enfrentarse para proteger a la humanidad del uso pernicioso que sus ejércitos puedan efectuar de las fuerzas sobrenaturales que se hallan en el Arca de la Alianza. La película no sería lo mismo sin la compañía perenne de aquella partitura mítica concebida por John Williams, que da identidad al héroe por excelencia del cine de aventuras moderno.
Ah muy buenos recuerdos!!!
ResponderEliminarMe encantaba la "Laguna azul", qué tierna!!