viernes, 17 de diciembre de 2010

Diálogos Inolvidables: Breakfast at Tiffany's


Diamantes para el Desayuno /
Desayuno con Diamantes /
Muñequita de Lujo (Breakfast at Tiffany’s, 1961)


Director: Blake Edwards.

Guión: George Axelrod (sobre la novela de Truman Capote).

Reparto: Audrey Hepburn, George Peppard, Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney, José Luis de Vilallonga, John McGiver.

Premios Oscar: Mejor Canción (“Moon River”, letra de Johnny Mercer, música de Henry Mancini), Mejor Música (Henry Mancini). Nominación por Mejor Actriz (Audrey Hepburn), Mejor Guión Adaptado y Mejor Dirección de Arte.







La trama narra la historia de la simpática Holly Golightly (Audrey Hepburn), de 19 años, que dejó su casa a los 14 y se trasladó a N.Y. en busca de la felicidad. Siente pasión por las joyas y sobrevive aprovechando sus encantos para obtener pequeñas cantidades de dinero de sus amigos nocturnos ocasionales. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak (George Peppard), un joven escritor de escaso éxito que vive gracias al patrocinio no desinteresado de la Sra. Failansen (Patricia Neal), y ocupa el apartamento superior al de Holly. Entre ambos surge pronto una linda mistad, unidos por sus almas desarraigadas, que sobreviven en un mundo de lujo ocultando intimidades de marginación y prostitución, y cuyo único deseo es un éxito que parece nunca llegar.









Para esta ocasión in memorian de Blake Edwards, hemos elegido dos secuencias de diálogos de esta película que a casi 50 años de su creación sigue brillando como un clásico imperecedero de las comedias románticas de la historia del cine.











La primera secuencia se coloca casi al inicio del metraje. Paul Varjak ha llegado al edificio departamental donde vivirá a partir de ahora, pero como su “patrocinadora” le dio la llave equivocada, tiene que tocar el timbre del departamento de Holly Golightly para poder acceder al edificio. Como la han despertado, somnolienta aún Holly abre su puerta para ver a quién dejó pasar. El escritor se disculpa y explica lo sucedido. Le pide usar su teléfono para que pueda informar de su llegada. Holly lo deja entrar y Paul queda asombrado de lo escasamente amueblado del departamento, así que supone que ella también es nueva en el condominio.









Paul: Bueno, este es… un lindo lugarcito en el que vive. También acaba de mudarse, ¿no?

Holly: No, vivo aquí como desde hace un año. El teléfono está allí. Bueno, estaba. Oh, ya recuerdo. Lo metí a la maleta. Amortigua un poco el sonido. (Sin darse cuenta Paul pisa al gato que Holly tiene como mascota, y éste maulla saltando sobre los hombros de su agresor y luego hacia lo alto de un estante frente a la pared).







Paul: Lo siento. ¿Está bien?

Holly: Claro. Claro. Él está bien, ¿no es así, gato? (Holly va por el animal y lo abraza para ponerlo de nuevo en el piso y dirigirse a la cocina a buscar en el refrigerador el alimento del minino) Pobre gato viejo. Pobre gato sucio. Pobre gato sucio sin nombre. Como yo lo veo, no tengo derecho a darle uno. No nos pertenecemos el uno al otro. Sólo nos conocimos por el río un día. No quiero jamás nada propio hasta que no encuentre un lugar donde yo y las cosas estemos juntas. No estoy segura dónde es, pero sé cómo me gustaría: como Tiffany’s.








Paul: ¿Tiffany’s? ¿Se refiere a la joyería?

Holly: Así es. Estoy loca por Tiffany’s... Escuche. ¿Usted conoce esos días cuando uno se siente medio rojo? (Holly vuelve a la salita de su departamento y se acomoda en el único sofá que posee)






Paul: ¿Sentirse rojo? ¿Quiere decir triste?

Holly: No, la tristeza da porque uno engorda o quizá porque llueve demasiado. Sólo te pones triste, es todo. Los días rojos son horribles. De repente uno tiene miedo y no se sabe de qué se tiene miedo. ¿Alguna vez ha tenido ese sentimiento?

Paul: Claro.






Holly: Bueno, cuando me siento así la única cosa que me hace bien es subirme a un taxi e ir a Tiffany’s. Me calma los nervios inmediatamente. La tranquilidad y el orgullo se le parecen. Nada malo podría sucederte allí. Si pudiera encontrar un lugar en la vida real donde me sintiera como en Tiffany’s entonces… entonces compraría algunos muebles y le daría al gato un nombre…








La segunda secuencia sucede después de que conocemos el inesperado pasado de Holly Golightly. La chica ha decidido romper con su vida anterior de pueblerina, y pide a Paul que la lleve a un bar para emborracharse y olvidar sus temores. De madrugada regresan a sus departamentos, y luego de otro reclamo más del Sr. Yunioshi (Mickey Rooney) tras despertarlo para abrirles la puerta del edificio al habérseles olvidado las llaves, Holly anuncia que ha tomado una importante decisión sobre el giro que debe tomar su vida. Paul va cargando a cuestas con una Holly pasada de copas.






Holly: Como la srita. Golightly decía antes de ser rudamente interrumpida… la srita. Golightly anuncia además su intención de dedicar sus muchos considerables talentos a la captura inmediata, para el propósito de matrimonio, del Sr. Rutherfort. (Entran al departamento y posteriormente la baja) “Rusty”, para sus amigos, de los que estoy segura tiene muchos. (Como seguramente el nombre no le dice nada a Paul, Holly le recuerda el apellido de su conquista) Trawler.

Paul: ¿Quién?







Holly: Rusty Trawler. Lo conociste en mi fiesta hace un par de semanas. Llegó con Mag Wildwood. No el hermoso tipo latino. El otro. El que parecía un cerdo. ¿Recuerdas? El noveno hombre más rico de Estados Unidos menor de 50… (Paul se da la media vuelta y enciende un cigarrillo) ¡Detecto una mirada de desaprobación en tus ojos! Mala suerte, amigo, porque así es como tiene que ser… (se dirige al fregadero de la cocina, donde está su gato) ¡Hola, gato!






Paul: Holly, estás borracha.

Holly: Cierto. Absolutamente cierto. Cierto pero irrelevante. (La chica se sube en un cajón del mueble del fregadero para lograr alcanzar una botella de vino que guarda sobre su alacena)

Paul: ¿Qué estás haciendo?

Holly: Estaba pensando que deberíamos brindar por la nueva Sra. de Rusty Trawler. ¡Yo!







Paul: Hey, tomalo con calma.

Holly: ¿Qué ocurre? ¿Piensas que no puedo hacerlo? Dime, seriamente. Estoy interesada. ¿Crees que no puedo? Oiste a Doc. Mi hermano regresa del ejército en febrero y Doc no lo recibirá. Así que todo queda en mí... No sé por qué no entiendes. Necesito dinero, y haré todo lo que sea para conseguirlo. Así, antes del mes próximo seré la nueva Sra. de Rusty Trawler… Creo que podríamos tener un pequeño brindis por eso... (observa la botella) Está totalmente vacía. ¿No es malo eso? ¿Tienes algo de whisky arriba?







Paul: (Asiente) Pero ya has tomado bastante.






Holly: ¡Adelante! Ve por el whisky. Te lo puedo pagar.

Paul: Holly, por favor.

Holly: No, no. Tú me desapruebas. (Baja del mueble) Y yo no acepto tragos de caballeros que me desaprueban. Puedo pagar por mi propio whisky, no olvides eso. (Ha regresado a la sala y busca su monedero dentro de una bolsa)

Paul: Holly…






Holly: No acepto tragos de caballeros que me desaprueban, especialmente caballeros que son mantenidos por otras damas. Anda, por ahora deberías de estar acostumbrado a tomar dinero de otras mujeres.







Paul: Si fuera tú, tendría más cuidado con mi dinero. Rusty Trawler también es una manera díficil de conseguirlo.







Holly: Debería tomarte exactamente cuatro segundos cruzar de aquí a la puerta... Te daré dos.








Paul, desilusionado por la actitud de la chica, se marcha de su departamento, mientras ella queda sola, evidentemente arrepentida de lo que acaba de decir. Ha insultado a un amigo sincero, quizá el único que la comprende, y también, el hombre del que ella podría enamorarse.






1 comentario:

  1. Poderosos diálogos e imágenes sin duda, a mi siempre me ha parecido brutal la presencia de George Peppar en esta película, pero en el imaginario popular siempre ha quedado eclipsado por ella, totalmente injusto porque él está impresionante.

    Los chicos del Quesito Rosa también le hemos hecho nuestro pequeño homenaje a Edwards...

    http://quesitorosa.blogspot.com/2010/12/4-quesito-news-fallece-el-director.html

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