domingo, 9 de enero de 2011

Luise Rainer: La doble ganadora del Oscar cumple 101 años de vida




Nacida el 12 de Enero de 1910, este año Luise Rainer, la única alemana que ha ganado dos premios Oscar consecutivos a la Mejor Actriz, llega a los 101 años de edad, convirtiéndose desde luego en la ganadora viva más vieja de la historia, y en la única participante de la era dorada de Hollywood que aún sigue con vida.







El año pasado El Edén Sideral realizó un post para conmemorar el centenario de su natalicio, al igual que lo hizo con la estadounidense Gloria Stuart y la mexicana Lupita Tovar. Al llegar a este 2011, ya solo son Rainer y Tovar las únicas actrices nacidas en 1910 que quedan con vida. Ignoramos cuanto tiempo más las tendremos con nosotros, por lo tanto, vale la pena recordar nuevamente la efímera pero galardonada carrera de estrella de una actriz hoy injustamente olvidada. Dejó el link de las dos entradas que este sitio le dedicó a Rainer en su aniversario número 100. (Parte I y Parte II)







Luise Rainer nació en Alemania pero se crió en Austria. Su padre era un hombre de negocios y su madre pertenecía a una adinerada familia de origen judío. El carácter rebelde de la joven Luise la llevó a estudiar interpretación, ella se negaba a la idea de su padre de que se hiciera una muchacha de bien, se casase con un hombre adinerado y se quedase en casa cuidando de sus hijos. A los 16 años ya deslumbraba al personal con su talento interpretativo, entre ellos a su mentor, Max Reinhardt, uno de los actores y directores más prestigiosos e influyentes de Austria. Debutó de manera profesional sobre las tablas a la edad de 18 años y no tardó en convertirse en una de las actrices más distinguidas de teatro del momento. Realizó una serie de películas en Alemania y en el año 1935 fue descubierta por Phil Berg, cazatalentos de la MGM, que estaba deseando encontrar a una actriz que pudiera hacerle sombra a la gran estrella de la época, Greta Garbo. Con un contrato de tres años para trabajar en la MGM, Luise Rainer hizo sus maletas y se fue a Hollywood. El gran jefazo de la MGM, Louis B. Mayer se quedó fascinado con aquélla joven que sabía transmitir todo un torrente de emociones. Apenas hablaba inglés y trabajó duro para aprender el idioma y para disimular su fuerte acento alemán. Conoció al escritor de ideas izquierdistas Clifford Odets y se casó con él, algo que disgustó profundamente al jefe de la MGM. Ambos estuvieron casados del 8 de enero de 1937 al 14 de mayo de 1940.











Su primer Oscar llegó por El Gran Ziegfeld (Robert Z. Leonard, 1936), espectacular biografía del empresario teatral Florenz Ziegfeld Jr. (interpretado por William Powell). Rainer interpretaba a la actriz polaca “Anna Held”, la primera esposa del protagonista, que además estaba viva al momento del rodaje de la cinta. El premio fue altamente controvertido, porque Rainer era relativamente desconocida (esta era su segunda película en Hollywood) y era su primera nominación, además su papel era muy corto y ameritaba ser considerado como actuación secundaria. Desde 1936 se habían creado las categorías de Actor y Actriz de Reparto. Pero para la ceremonia de 1937, premiando a lo mejor de 1936, su estudio, la MGM, la enlistó en la categoría de Actriz principal e hizo toda una campaña publicitaria para que se votara por ella. La controversia es aún mayor porque las actrices con las que compitió en la quinteta eran grandes nombres de la industria y algunas ya iban por su segunda o quinta nominación. Muchos adjudican el triunfo de Rainer al poder que Louis B. Mayer tenía para manipular a los votantes de la Academia, recordemos que el productor fue el promotor de la conformación de la Academia de las Ciencias y Artes Cinematográficas y que la edición de 1937 apenas era la novena ceremonia de la entrega de la estatuilla oscaril. El Gran Ziegfeld ganó también el premio de Mejor Película, y no obtuvo otras nominaciones en las categorías de actuación, a excepción de la de Luise Rainer, por lo que la crítica aumenta al suponer que los votantes se dejaron deslumbrar excesivamente por el gran presupuesto que tuvo la cinta ($ 2 millones de dólares de la época) y consideraron premiar a la única representante del talento actoral. En una entrevista concedida en 2003, la actriz se expresaba así del premio recibido: “Nadie en Europa había oído hablar de esto. Yo no sabía lo que era, esto no significaba nada para mí.”












Su segunda estatuilla llegaría al año siguiente, y fue por La Buena Tierra (Sidney Franklin), basada en la novela de Pearl S. Buck, ahí interpretaba a una introvertida campesina oriental que debe luchar contra los problemas económicos y sentimentales para mantener unida a su familia. En la cinta apenas hablaba tan solo en su emotiva parte final, y de nuevo consiguió ganarse el favor del público y de la crítica. Para aportar mayor realismo a su interpretación se negó a que la caracterizaran, quería transmitir la verdad de la mujer que interpretaba sin ningún tipo de artificios. La película resultó un gran logro técnico y comercial, fue la última producción que supervisó directamente Irving G. Thalberg antes de su muerte, y por ello es la única cinta donde tiene el joven productor un crédito en pantalla.












La actriz estuvo más contenta con este segundo Oscar, aunque su más grande satisfacción fue haber sido gran dama joven del teatro europeo. “Un día estábamos en una gran gira” –dijo en una entrevista a finales de los 90’s- “Hacíamos una obra de Pirandello, y (Max) Reinhardt estaba en el teatro. Algo que nunca olvidaré, fue el gran cumplido que tuve, mejor que ningún premio de la Academia. Él vino a mí, me miró y me dijo –nosotros nunca nos llamábamos por nuestros primeros nombres- ‘Rainer, ¿cómo haces eso? Eso es tan maravilloso. ¿Cómo creas eso?’ Yo me puse tan sobresaltada y feliz. Ese fue mi premio de la Academia”.











A continuación la MGM la emparejó con el también doblemente ganador del Oscar de manera consecutiva Spencer Tracy en Big City (Frank Borzage, 1937), una película sobre los conflictos entre taxistas. El recuerdo de la película le disgusta. “Supuestamente ese no fue un mal filme. Pero yo pienso que sí fue un mal filme.” Rainer también actuó en Los Candelabros del Zar (The Emperor's Candlesticks, George Fitzmaurice, 1937), repitiendo protagonismo con su coestrella habitual, William Powell, una película de detectives que no le gusta porque es muy confusa. The Toy Wife (Richard Thorpe, 1938) y El Gran Vals (Julien Duvivier, 1938), pese a ser grandes producciones, tampoco supusieron enormes éxitos ni retos como actriz, así que después de actuar en Dramatic School (Robert B. Sinclair, 1938) dio por finalizada en 1939 su etapa con la MGM para dedicarse nuevamente al teatro, habiendo obtenido un año antes la ciudadanía estadounidense.


















Luise Rainer compaginaría los escenarios neoyorquinos con los londinenses, y volvería al cine con la Paramount en 1943 para participar en Hostages (Frank Tutle), un drama bélico al lado del mexicano Arturo de Córdova. A mediados de los años cuarenta se instalaría en Londres ya que se casaría con el editor Robert Knittel, padre de su única hija, Francesca. La actriz realizaría una serie de apariciones en televisión, y estuvo a punto de aparecer en la mítica La Dolce Vita (1960) de Federico Fellini, pero poco antes de rodar la actriz renunció a grabar porque no estaba nada de acuerdo con el contenido de la escena y Fellini no le dejó supervisar el diálogo que tenía. La última vez que la vimos en el cine fue en la cinta The Gambler (Károly Makk, 1997), en aquel momento la actriz tenía 86 años.














En varias ocasiones Luise apareció en la ceremonia de los Oscars. Fue la presentadora en 1953 del premio a la categoría de Mejor Película Extranjera, y en 1983 fue copresentadora junto al productor Jack Valenti de la misma categoría, año en que Volver a Empezar (José Luis Garci) ganaba el Oscar para España. Estuvo presente también en los homenajes que la Academia ha realizado a sus ganadores en 1998 y 2003. “Si yo no subo a mostrarme, ellos pensarán que estoy muerta”, manifestó la actriz.






Rainer ahora vive en un lujoso apartamento en Eaton Square, en Londres, donde alguna vez vivió Vivien Leigh. Continúa lucida para su edad, y sigue haciendo apariciones públicas. En abril del año pasado, viajó a Hollywood para participar en una charla que sostuvo con el presentador Robert Osborne en el Teatro Egipcio de Los Ángeles, a propósito de la proyección de La Buena Tierra (1937), realizada durante el Festival de Cine Clásico 2010 organizado por la cadena TCM. Este 2011, Luise Rainer llega a los 101 años de edad, y sigue viva, existiendo.










¡Feliz Cumpleaños, Luise!

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