domingo, 9 de febrero de 2014

Historias del Oscar... (III) Sucedió una Noche

La gran ganadora del Oscar a Mejor Película en 1935, no fue una producción de época ni un musical, sino un film de una sencillez aplastante, de una candidez incontestable. Se trata nada más y nada menos que de la comedia romántica de Frank Capra, Sucedió una Noche (It Happened One Night, 1934), misma que hace historia al coronarse como la primera gran ganadora de los premios de la Academia, pues dentro de las 5 nominaciones donde se encontraba (Mejor Película, Director, Guión Adaptado, Actriz y Actor) ¡ganó las cinco! Algo hasta entonces y por muchos años después, inigualable. Los protagonistas, Clark Gable y Claudette Colbert, vieron subir su status de estrellas y aunque no querían hacer esta película, terminaron por ganar el único Oscar de sus carreras. Pero ¿cómo se gestó este triunfo? No fue tan fácil como puede creerse. Pasen y lean…




En 1933, Frank Capra se encontraba en plena filmación de Dama por un Día (Lady for a Day), cuando en un fin de semana asistió a una peluquería a recortarse el cabello. Mientras esperaba el servicio, tomó del revistero la famosa Cosmopolitan y se puso a hojearla. Capra pronto se encontró leyendo una novela corta titulada “Night Bus” de Samuel Hopkins Adams. Como pueden adivinar, el director se mostró interesado en la publicación y viéndole potencial cinematográfico, hizo comprar los derechos de la novela a Harry Cohn, su jefe en la Columbia.

Tras terminar Dama por un Día, Capra quiso irse a Palm Springs con Robert Riskin, su guionista de cabecera, para escribir con tranquilidad el script de “Night Bus”, que luego sería convertido en Sucedió una Noche. Cohn no compartió ese parecer y le exigió que fuera a hacer Soviet (nunca se realizaría) para la MGM a petición del productor Irving Thalberg, quien, a cambio, le prestaría una de sus estrellas. A regañadientes, Capra aceptó. Pero, aprovechando un viaje de Thalberg a Europa, Louis B. Mayer anuló el proyecto y envió de nuevo a Capra a la Columbia. Así es como, en contra de la opinión de sus consejeros, Cohn dio luz verde al proyecto de Capra, quien dijo al respecto en su autobiografía: "Sin el odio de Mayer hacia Thalberg, Sucedió una Noche no hubiera nunca salido a la luz."




La trama es acerca de una caprichosa joven llamada “Ellie Andrews” (Claudette Colbert), comprometida en matrimonio y cansada de los excesivos cuidados con los que su millonario padre (Walter Connolly) suele abrumarla para evitar su matrimonio, por lo que se ve orillada a arrojarse al mar desde su yate en Miami y así viajar hasta Nueva York y reencontrarse con su prometido. Su padre, un banquero de Wall Street, utiliza todos los recursos a su alcance para dar con el paradero de su hija. Por lo que su huida es la noticia del artículo de portada de un periódico. A la vez, un ambicioso reportero sin empleo llamado “Peter Warne” (Clark Gable), planea volver a Nueva York en autobús desde Miami, y es ahí donde conoce a la rica heredera. Ambos comienzan a conocerse y a caerse mal, pero cuando a ella le roban su maleta con el dinero, él se verá en la necesidad de ayudarla, sobre todo cuando se entera de su verdadera identidad. Buscando una buena historia que escribir, “Peter” decide hacer un reportaje sobre la escapada de “Ellie” para volver al lado de su novio, el afamado aviador “King Westley” (Jameson Thomas) -"la píldora del siglo”, según “Peter”-, y la convence de que acepte el trato, a cambio él la ayudará a regresar a Nueva York, o si no, hablará con su padre y le dirá dónde encontrarla. Cuando el autobús en el que viajan sufre un accidente en medio de una torrencial lluvia, ambos tendrán que pasar la noche en un camper alquilado, lo que da pie a numerosas escenas cómicas que se han convertido en clásicas…






Para el papel masculino en Sucedió una Noche Capra quería a Robert Montgomery, pero la Metro Goldwyn Mayer se negó a prestarlo. El director entonces preguntó por Clark Gable, quien comenzaba a despuntar como galán, recientemente había rechazado un papel y por vanidad comercial había pedido a los ejecutivos del estudio un mejor sueldo de acuerdo a su status de nueva estrella. Indignado, y para escarmentarlo haciéndole ver que aún no resultaba tan imprescindible para el estudio, Louis B. Mayer le obligó a irse con los "piojosos" (la Columbia) para hacer una película para Harry Cohn. Éste no estuvo de acuerdo en la elección del actor, se quejó de que Gable no era el tipo de "actor de primera clase" que la Metro le había prometido. Pero Capra y Mayer se impusieron en la decisión, y actor fue cedido por apenas $ 10 000 dólares. Así es como el director conoce a un Gable borracho, despreciativo e insultante, pero luego de iniciado el rodaje necesitó uno o dos días para entrar en calor, y cuando lo hizo se lo pasó como nunca. “Creo que fue la única película en la cual se permitió a Gable interpretarse a sí mismo: el divertido, infantil, atractivo bribón que era el auténtico Gable”, dijo Capra en su autobiografía.


Harry Cohn y Frank Capra

Capra con sus protagonistas


William Clark Gable nació en Cadiz, Ohio, en 1901. De joven buscó ganarse la vida con el teatro. Bajo su tutela le acogió la actriz Josephine Dillon, quien, a pesar de ser 14 años mayor que el muchacho, lo llevó al altar en 1924. Lionel Barrymore lo vio en una obra y convenció al productor de la MGM, Irving Thalberg, para que fuese a ver una de las representaciones del joven actor. Una gran promesa, le había dicho. “¡Dios mío! ¡Mira esas enormes orejas!”, dicen que exclamó Thalberg al ver a Gable (otras fuentes citan que no fue precisamente a las orejas a lo que se refirió el productor). De cualquier forma, Irving le ofreció un contrato, y ordenó que el actor introdujera algunos cambios en su físico: corrección dental y crecimiento del bigote. Enseguida, la Metro le promocionó como el galán irresistible que se atrevía con las grandes divas del estudio, y en su vida personal fue lo mismo. Seductor y mujeriego, enamoró con su sonrisa a bellas mujeres dentro y fuera de la pantalla, y según rumores, le hizo los favores a alguno que otro tipo homosexual.





En una sensacional escena que sucede dentro del camper que los protagonistas alquilan dentro de la película, “Peter” (Gable) le da lecciones a “Ellie” (Colbert) de cómo los hombres se desnudan (“Tal vez le interese saber cómo se desnuda un hombre…”), y a continuación comienza a quitarse el calzado y la ropa, quedando con el torso desnudo frente a ella, para luego convencerla de que no pasará nada entre ellos y que podrá dormir tranquila en la cama contigua, ambas divididas por una cobija a las que él llama “los muros de Jericó”. Aquella escena tuvo gran impacto social, pues en la época de los treinta todos los hombres usaban sombrero de ala, pantalón de tirantes, sacos de lana, y especialmente camisetas como parte de la ropa interior, así que al mostrar que el nuevo ídolo del público masculino no usaba esta prenda, las ventas de camisetas disminuyeron dramáticamente en todo el país.






Por su parte, Lily Claudette Chauchoin nació en París, hija de un banquero francés que fue trasladado a Estados Unidos en 1906, cuando la niña contaba con tres años. Apasionada de las obras de Broadway, una adolescente Claudette comenzó a estudiar Arte Dramático mientras trabajaba en una tienda de ropa para pagarse sus clases. En 1923, “The Wild Wescotts” fue la ópera prima en el teatro de Claudette, que a partir de entonces adoptó el nombre con el que se hizo famosa cuatro años después, interpretando “The Barker”. También en 1927, la joven empezó a colaborar en el cine, pero su primera película, Los Tres Papás (For the love of Mike, Frank Capra), en la que ya salió de protagonista, fue un fracaso de taquilla y la hizo volver al teatro.

Cuando volvió al celuloide, en 1929, su película La Mentirosa Dama (The Lady Lies, Hobart Henley) fue, por el contrario, un enorme éxito. El año anterior, 1928, había contraído matrimonio con el actor-director Norman Foster. Con él coprotagonizó Young Man of Manhattan (Monta Bell, 1930), y además actuó en celebres títulos como las dos versiones (inglés, francés) de El Estanque Dorado (The Big Pond, Hobart Henley, 1930), al lado de su compatriota Maurice Chevalier, con quien también hizo El Teniente Seductor (The Smiling Lieutenant, Ernst Lubitsch, 1931); asimismo intervino en El Presidente Fantasma (The Phantom President, Norman Taurog, 1932), El Signo de la Cruz (The Sign of the Cross, Cecil B. DeMille, 1932), A la Sombra de los Muelles (I Cover the Waterfront, James Cruze, 1933), For Frightened People (Cecil B. DeMille, 1934), entre otras. 

Después de cinco años de éxitos casi seguidos, Claudette Colbert ya era una actriz reconocida y respetada en el mundo del cine, pero lo mejor estaba aún por llegar. Cleopatra, consagró a la actriz; pocos meses después, la comedia Sucedió una noche que protagonizó con Clark Gable, haría que Claudette se metiera de lleno en la historia del cine. En 1935 se divorciaría de Norman Foster, con el que jamás había convivido desde el día de su matrimonio, para casarse con Joel Pressman. Ya en la década de 1940, probó suerte en la televisión y como directora (Texas Lady, 1955). Continuó trabajando en cine y televisión hasta 1987, dedicándose por completo al teatro desde entonces y hasta 1992. Fallecería a los 92 años de edad después de sufrir varias gripes consecutivas.





A mitad de Sucedió una Noche, después de haber dormido “Ellie y Peter” en el mismo cuarto pero en camas separadas (una escena posteriormente imitada hasta la saciedad por toda película del genero), tienen que fingir durante el desayuno ser un matrimonio en riña para evitar ser descubiertos por los detectives enviados por el papá de la chica, quien ha ofrecido una jugosa recompensa. Peter le enseñará cómo mojar correctamente una dona en el café. Continuando su viaje, uno de los pasajeros reconoce a la heredera por el periódico y en una parada trata de convencer a Peter de que denuncien a la chica y se dividan la recompensa. Pero él lo engaña haciéndole creer que es un peligroso gangster y que la tiene secuestrada, para luego amenazarlo de muerte si no desaparece. Así que la pareja abandona el autobús, y emprenden una larga caminata. Al anochecer, cansados, con hambre y sin dinero, tienen que pasar la noche a las orillas de una granja, con una improvisada cama de paja y es aquí cuando ambos comienzan a verse con ojos diferentes. A la mañana siguiente, su desayuno consiste simplemente en zanahorias crudas.











La película contiene otra famosa escena de la pareja pidiendo aventón, escena que tanto furor causó en el público de esos años. En ella, Peter intenta pedir transporte gratuito, enseñándole a Ellie algunas técnicas de autostop, sin embargo, todos sus intentos son inútiles. Ellie le pregunta “¿Te importa si lo intento?”, a lo que él le responde “¿Tú? ¡No me hagas reír!”. “Te crees muy listo. Nadie sabe nada, solo tú” -le recrimina ella- “Detendré un auto y no usaré mi pulgar” –le advierte-. “¿Qué vas a hacer?”, pregunta Peter extrañado. Ellie responde “Usar un sistema inventado por mí...” Acto seguido, un auto avanza a gran velocidad por la carretera, ella se alza la falda enseñando la pierna derecha y el auto se detiene inmediatamente. La escena es cómica, pero por aquellos años resultó una cosa escandalosa, fuera de lo permitido por la censura… “¿Por qué no te quitaste toda la ropa? Podrías haber parado cuarenta coches” -le recrimina su compañero de viaje-. “Bueno, lo recordaré cuando necesite cuarenta coches” –le responde ella.









Colbert había firmado el contrato para realizar Sucedió una Noche siempre y cuando se le cumplieran una lista de cláusulas leoninas e impertinentes. Se sabe que Harry Cohn propuso el papel de “Ellie Andrews” a Myrna Loy, estrella de MGM, que lo rechazó ("Ellos me enviaron el peor guión posible, completamente diferente al que filmaron", se excusaría la actriz), al igual que lo harían Margaret Sullavan, Miriam Hopkins y Constance Bennett. Una estrella naciente, Bette Davis, se mostró interesada en el papel, pero la Warner no se lo permitió. La estaba castigando por haber insistido en ser prestada a la RKO para filmar Cautivo del Deseo (Of Human Bondage, John Cromwell). Cohn sugirió a Loretta Young, pero a Capra no le interesó. Entonces el jefe del estudio sugirió a Carole Lombard, que estaba recién divorciada de William Powell y era novia del guionista de Capra, Robert Riskin. Ella rechazó la propuesta por problemas de agenda, al ya estar contratada para filmar Bolero (Wesley Ruggles, Mitchell Leisen, 1934), su próxima película. 

Luego Cohn envió a Capra y a Riskin el 21 de noviembre del ‘34 a convencer a la Colbert para que aceptara trabajar con ellos antes de marcharse de vacaciones. La actriz de la Paramount acababa de terminar una película y había planeado una vacaciones de esquí en Sun Valley, Idaho. También encontró el guión poco atractivo, y es que ella estaba acostumbrada a lucir en sus películas hermosos vestidos y con un aspecto muy glamoroso, por lo que no le entusiasmó la idea de pasarse los duros días de filmación metida en un autobús, andando a pie en carretera y luciendo un aspecto descuidado para un Estudio de tan poca clase como la Columbia.  Y por si esto no fuera poco, Colbert no había olvidado que su primera película, Los Tres Papás (For the Love of Mike, 1927), había sido un fracaso, y que “un tal” Frank Capra la había dirigido. Colbert solo aceptaría con la condición de recibir el doble de su sueldo habitual, o sea 50.000 dólares y la promesa de estar libre al cabo de cuatro semanas, de lo contrario, cobraría tiempo extra. Cohn, resignado, cedió a sus exigencias y Capra empezó el film sin entusiasmo, cansado de aquellos avatares de preproducción. El costo total de la película ascendió a $ 325 000 dólares. El rodaje, además, no resultó agradable. Capra narró en su autobiografía “El Nombre detrás del Título” el proceso de dirigir a la actriz:

“…Colbert ponía dificultades, discutía mi concepción de su papel, criticaba mi forma de trabajar y no dejaba de repetir que tenía que estar en Sun Valley el 23 (de diciembre). Era un tártaro, aunque un tártaro muy lindo que tenía que soportar. Cuando llegó el momento de rodar la famosa escena del auto-stop, donde ella demuestra que su pierna es más eficaz que el pulgar de Clark Gable, se negó a levantarse la falda y enseñar la pierna. Fue necesario que se enviase a buscar a una bailarina de music-hall con una pierna capaz de servir de 'doble' de la de Colbert. Cuando vio la pierna de la doble, dijo: Saquen eso en seguida. No necesitaré de doble. ¡Esa no es mi pierna!...”






Aunque el “Peter Warne” de la novela de Adams comparte un toque común con el personaje de Gable en la película, no era un reportero sin trabajo, sino un químico universitario con pequeños trabajos y desempleo frecuente. Según Capra, el primer guión convirtió a Peter en un artista culto, pero después de que varias actrices lo rechazaron, el guionista y productor Myles Connolly (ex reportero de un periódico) sugirió transformar al protagonista en el reportero duro pero idealista desesperado por recuperar su empleo.

SPOILER: La pareja de “Ellie Andrews” y “Peter Warne” viven muchas aventuras juntos, pero saben que al final tendrán que seguir el camino que llevaban por separado. Utilizando su supuesto matrimonio, consiguen donde pasar la noche en un hotel a tres horas de Nueva York, pues “Ellie” se ha enterado por el periódico que su papá y su prometido han arreglado sus problemas y ya no hay impedimento para la boda, pero ahora “Ellie” no esta tan segura si desea volver con “King Westley”, pues a pesar de todo ha disfrutado de su viaje en compañía de “Peter”, así que esa noche, arriesga todo y le confiesa su amor al reportero, diciéndole que la lleve para siempre con él. Al final ocurre que “Ellie” es finalmente forzada a tomar una decisión: volver a la gran Iglesia en Nueva York para casarse con su prometido, o tener que anular su matrimonio y regresar al lado de “Peter”, de quien debido a un enredo cree que no la ama y la ha abandonado. ¿A cual de los dos chicos creen que ella escoja? Por supuesto, en el momento de la boda realiza una sensacional escapada vestida de novia para ir en busca de su periodista, dispuesta a derrumbar esa noche las murallas de Jericó…










Llevada con un ritmo muy dinámico, Sucedió una noche es un filme sumamente divertido, aunque claro, también hay que tener en cuenta que contemplándolo hoy día la historia puede resultar con un desenlace previsible, pero también hay que pensar en la cantidad de sucesoras que ha tenido esta película desde el día de su realización. La cinta con 105 minutos, retoma los elementos típicos de la comedia mundana de alta sociedad y los ubica en un ambiente de clase media, con el que el público de la época podía fácilmente identificarse. El viaje en autobús de los protagonistas sirve de pretexto a Capra para proponer un ligero acercamiento a una rica galería de ambientes y personajes del interior de los Estados Unidos. La unión final de la heredera con el periodista propone una solución democrática a la diferencia de clases. 

La película también es conocida por poner de moda lo que se llamó la “screwball comedy”. Este subgénero toma su nombre del béisbol, ya que había un jugador que conseguía darle un efecto muy raro a la bola, cosa que se llamó “screwball”. Los críticos empezaron a usar ese término para referirse a un tipo concreto de comedias, en los que los dos protagonistas, muy diferentes entre sí, tenían que permanecer toda la película juntos, soportándose, odiándose, pasando por todo tipo de situaciones disparatadas, para poder llegar a un desenlace feliz donde la tensión entre ellos se transforma en amor.

El éxito de Sucedió una noche tomó por sorpresa a la Columbia. Nadie esperaba que aquella película de bajo presupuesto se convirtiera en un éxito. El mismo Capra y sus actores no esperaban reconocimiento por su labor. Un guión que no resultaba convincente, por estar basado en una historia real leída de pasada por Frank Capra que perdió la gracia cuando la volvió a leer (ya comprados los derechos), y unas estrellas que llegaron de rebote o de mala gana. Clark Gable tenía contrato con otro estudio, Claudette Colbert pidió el doble de su sueldo y puso fecha límite al rodaje de sus escenas para poder irse de vacaciones, fueron sólo algunos de los obstáculos que tuvo que salvar esta película para ver la luz. Por eso, cuando se anunciaron las candidaturas a los Premios de la Academia, la sorpresa e incredulidad no se hicieron esperar, y menos lo que pasó en la premiación acaecida el Miércoles 27 de Febrero de 1935.






LA CEREMONIA DEL OSCAR

La cita para esta 7ª entrega de premios fue ahora en el Biltmore Bowl del Hotel Biltmore de Los Ángeles, a las 8:00 pm. El conductor del evento fue el actor y guionista Irvin S. Cobb (su corta carrera incluye principalmente trabajos en filmes silentes), mismo que se encargó de nombrar a la película ganadora de la estatuilla principal.

Este año tres nuevas categorías se adhirieron a las ya establecidas: Edición, Música y Canción. El número de cintas nominadas a Mejor Película ascendió de 10 a 13, de las cuales se pudo volver a conocer quiénes quedaron fueron las tres finalistas. Las otras categorías también se compusieron de tres nominaciones. Aunque la categoría de Sonido obtuvo 8 participaciones. Pero algo interesante sucedió en este año de premiación: La Academia permitió que sus miembros pudieran realizar una segunda votación para nominar a algún artista en específico -cuyo trabajo no hubiera sido tomado en cuenta- después de haber anunciado las nominaciones oficiales. Con ello, varias menciones se agregaron a nominaciones ya establecidas en todas las categorías. A este respecto, quizá el caso más famoso fue el de Bette Davis, que recibió grandes elogios de la crítica especializada por su excelente interpretación en Cautivo del Deseo (Of Human Bondage, John Cromwell), adaptación de la novela de W. Somerset Maugham, “Servidumbre Humana”. Como no fue nominada al Oscar, algunos de sus compañeros actores comenzaron una compaña para que en las papeletas de votaciones escribieran el nombre de la actriz, si esta era su favorita, pese a no haber sido nominada oficialmente.

Robert Riskin se impuso en la categoría de Mejor Guión Adaptado, ganando a sus compañeros Ben Hecht, tercer lugar por ¡Viva Villa! (Jack Conway), y a Albert Hackett y Frances Goodrich, segundo lugar, por La Cena de los Acusados (The Thin Man, W. S. Van Dyke).




En la categoría de Mejor Actor, William Powell obtuvo el tercer lugar por La Cena de los Acusados, y el mítico “Mago de Oz”, Frank Morgan, se quedó en el segundo puesto por El Burlador de Florencia (The Affairs of Cellini, Gregory La Cava). Mientras que el castigo que la Metro le impuso a Clark Gable le significó el único Oscar de toda su carrera y el incremento de su salario a 4 mil dólares semanales. Con el Premio de la Academia por mejor actuación masculina del año, la Metro obviamente tuvo que cumplir todos los caprichos que el nuevo “Rey” de Hollywood (apodado así por el maduro actor Spencer Tracy) les exigió con tal de permanecer en su nómina. En su discurso de agradecimiento mencionaba: “Esta es una grande y espléndida sensación, pero usaré agotadoramente la misma talla de sombrero mañana…” 


Irvin S. Cobb entrega el Oscar de Mejor Actor a Clark Gable. 
Lo acompañan Lionel Barrymore (izquierda) y Victor Milner 
(derecha), ganador por la Mejor Fotografía de Cleopatra

Gable muestra su premio al ganador de la edición de 1931, Lionel Barrymore.





Mucho tiempo después, en 1996, cuando el galán cinematográfico ya tenía años de muerto, la estatuilla dorada fue subastada a beneficio de una fundación; el comprador de manera anónima fue el director Steven Spielberg, quien se encargó de devolverlo a la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas para evitar su comercialización. Gable destaca en la historia oscaril por ser el primer actor que pudo presumir de haber protagonizado tres cintas que ganaron la estatuilla como Mejor Película del año: Sucedió una Noche (1934), Rebelión a Bordo (1935) y Lo que el Viento se Llevó (1939). El caso más reciente es el de Jack Nicholson, con tres ganadoras en su curriculum: Atrapado sin salida (One Flew Over the Cuckoo's Nest, 1975), La Fuerza del Cariño (Terms of Endearment, 1983) e Infiltrados (The Departed, 2006).




Se rumora que cuando la favorita para llevarse el premio a Mejor Actriz, Bette Davis, anunció que tenía la intención de asistir a la ceremonia de entrega, por alguna razón las tres intérpretes nominadas “oficialmente”, declinaron la invitación de la Academia, así que ni Grace Moore, Norma Shearer o Claudette Colbert asistieron al evento por considerar a Davis como indiscutible ganadora, pese a que no había recibido nominación oficial. Pero las predicciones fallaron.

Bette Davis solo se adjudicó el tercer puesto gracias a Cautivo del Deseo, por lo que reemplazó al cuarto lugar a la Soprano de la Ópera Metropolitana de Nueva York, la reconocida cantante Grace Moore, quien contendía por su trabajo en Una Noche de Amor (One Night of Love, Victor Schertzinger). El segundo puesto fue para Norma Shearer, que iba ya por su cuarta nominación gracias a su brillante interpretación de la poetisa inválida “Elizabeth Barreto”, en la cinta biográfica Las Vírgenes de Wimpole Street (The Barretts of Wimpole Street, Sidney Franklin).

La ganadora del Oscar fue una sorprendida Claudette Colbert, que no había llegado a la ceremonia porque había hecho planes para viajar esa noche de Los Ángeles a Nueva York con sus jefes de la 20th Century Fox. Un grupo de amigos (que ya sabían el resultado) la convencieron de asistir a la cena un momento solo “por si acaso”. Convencieron al conductor para que retrasase la salida del transporte durante 90 minutos, y Colbert tuvo que bajarse del tren para asistir rápidamente al banquete en donde recibiría el galardón a la Mejor Actriz del año por su encarnación de “Ellie” en Sucedió una Noche. Como ya existía la regla de que en cuestión de actores y actrices solo se permitía nominar un trabajo por categoría, Colbert no obtuvo la doble nominación por algunos de sus otros éxitos ese año, como Cleopatra (Cecil B. De Mille) o Imitación a la Vida (John M. Stahl), ambas nominadas también en la categoría principal. Fue entonces comprensible que a la famosa actriz se le otorgara la estatuilla dorada. Cuando llegó al evento, el anuncio de su premio ya había pasado y había sido aceptado en ausencia, así que los organizadores rápidamente le pidieron a la pequeña Shirley Temple, a la que se le había otorgado un Oscar Especial en miniatura, le entregara a Colbert la estatuilla dorada en su presencia, pues la actriz tenía prisa por partir. Esto convirtió a la niña de rizos dorados más famosa del cine en la presentadora de un premio importante más joven en la historia. Claudette Colbert fue la primera interprete en tener participación en tres filmes nominados a Mejor Película el mismo año, como lo harían más tarde Thomas Mitchell en 1940 (premiando a lo mejor de 1939) y John C. Reilly en 2003 (premiando a lo mejor de 2002).








En su discurso de agradecimiento, la actriz hacía referencia que a la Davis la hayan dejado sentada sin darle el premio que el público pedía: “Ahí está solamente una de nosotras quien jamás necesitará de esto para hacerse estrella, y esa es… Bette Davis”. Asimismo, relataba el motivo por el que estuvo a punto de no acudir a la ceremonia. “Que puede uno decir sobre los Premios de la Academia, excepto, que estoy tan feliz, emocionada, etc., etc., etc. En mi caso particular, añado que todas estas emociones fueron completamente sorpresivas. Yo estaba convencida de que no podríamos ganar porque una comedia jamás gana, tanto que yo abordaría con mis jefes el tren de Santa Fe para partir a Nueva York cuando fui persuadida de regresar al Biltimore Hotel a recibir el Oscar cuando abordábamos el tren. En cambio estoy en este escenario...” Pero la actriz dudó antes de salir corriendo, regresó de vuelta a los micrófonos, y en un acceso de entusiasmo finalizó: “Le debo esto a Frank Capra”.




En la terna a Mejor Director, el músico y realizador Victor Schertzinger queda en tercer lugar con su película Una Noche de Amor. El segundo lugar fue para W. S. Van Dyke con la exitosa cinta La Cena de los Acusados. Cuando llegó el momento de anunciar al absoluto triunfador, en referencia a lo acontecido la entrega del año pasado cuando a Will Rogers le tocó presentar esta misma categoría, Irving S. Cobb anunció fuertemente por micrófono: “Come and get it, Frank!” (¡Ven y toma esto, Frank!). Solo que esta vez no había dos directores llamados Frank compitiendo. El ganador del Oscar había sido Frank Capra, que obtenía por Sucedió una Noche la primera estatuilla de su esplendorosa carrera.





Frank Capra vino a este mundo en Palermo (Sicilia) en 1897, en el seno de una humilde familia campesina que pronto emigró a los Estados Unidos cuando él contaba con tan sólo seis años. Durante su adolescencia y juventud, diversos oficios le permitieron costearse los estudios en el California Institute of Technology, donde se graduó en 1918 con el grado de ingeniero químico. Tras la Primera Guerra Mundial, continuó desempeñando diversos oficios en el Oeste, hasta que se cruzó en su vida el actor shakesperiano Walter Montague. Capra se hizo pasar por un técnico hollywoodense y, de esta tortuosa manera, consiguió rodar su primer corto de manera independiente, The Ballad of Fultah Fisher's Boarding House, basado en un poema de Kipling.

Corre el año 1922, y el genio siciliano consigue trabajo en un laboratorio, para luego ingresar en la industria como guionista para la serie Our Gang en los estudios Hal Roach. Una vez dentro del sistema, continuó su labor como gagman (el escritor de las situaciones cómicas de las películas) para los estudios Mack Sennet, donde colaboró en los primeros cortometrajes del cómico Harry Langdon (1926 a 1927), pero es despedido cuando éste decide dirigirse a sí mismo.

La entrada de Capra en la Columbia, donde permanecería durante doce largos años, tuvo su origen, paradójicamente, en un fracaso, el de Los Tres Papás (1927), primer filme de Claudette Colbert. Él sólo fue capaz de conseguir que el modesto estudio de Gower Street lograse el rango de Major Company (o sea, de gran estudio), rodando con ellos hasta 25 títulos en 10 años, incluyendo dramas bélicos y melodramas lacrimógenos, y empieza a labrarse fama como buen director de productos rentables en cualquier género. Para ello, hubo de bregar continuamente con Harry Cohn para que prevaleciese su opinión, caracterizada, generalmente, por sus ansias de innovación y originalidad.

A partir del rodaje de la comedia La Jaula de Oro (1931), empieza la colaboración con Robert Riskin escribiendo los diálogos, lo que supuso un periodo muy productivo. Su trabajo juntos iniciará la llamada "fórmula Capriskin": comedias de temática social donde un individuo llano se enfrenta de forma idealista a una poderosa institución corrupta. Fruto de esta estrecha colaboración serán las inolvidables La Locura del Dólar (1932), Sucedió una noche (1934), El Secreto de Vivir (Mr. Deeds Goes to Town, 1936), Horizontes perdidos (1937), la también oscarizada Vive como Quieras (You Can't Take it with you, 1938), Caballero sin Espada (Mr. Smith goes to Washington, 1939), Juan Nadie (Meet John Doe, 1941) y la mítica ¡Qué bello es vivir! (1946).

La importancia del mensaje ético y moral de estos filmes tiene su raíz, de acuerdo con el propio Capra, en una larga enfermedad que el cineasta sufrió en 1935, lo que le empujó a propagar los sentimientos solidarios a través de la pantalla. El año 1936 supuso un hito histórico, puesto que Capra logró ser el primer cineasta en conseguir que su nombre apareciese encima del título de la película. Dos Oscares más le llegarían por sus películas El Secreto de Vivir y Vive como Quieras, quizá de manera gratuita como compensación o gratitud de sus compañeros por sacar adelante a una Academia sumergida en problemas de sindicatos y desacuerdos financieros. 

El director es uno de esos genios que, a pesar de recurrir a argumentos traídos por los pelos, consiguió convencer a los norteamericanos de que el dinero era algo menos importante que los sentimientos, cosa nada sencilla en el país de las oportunidades. Sus películas están llenas de esos problemas que tanto preocupaban a los americanos de la Gran Depresión, problemas terriblemente cotidianos, siempre relacionados con el dinero, con el capitalismo cruel que para Capra era una fuente de sinsabores, incluso para los ricos.



El filme por el que ganó es una de esas piezas de la historia del cine que se han caracterizado por estar empedrado de dificultades hasta iniciar el rodaje o incluso hasta verlo en pantalla; y es que, en el caso de Sucedió una Noche, a nadie le gustaba el guión excepto a Capra y Riskin, y a pesar de ello tuvieron que modificarlo varias veces con el fin de que resultara más atractivo sobre todo para las actrices que, por contra, lo rechazaban sistemáticamente. El propio Capra solía decir que la película apasionante había estado en las peripecias de entre bastidores. Pero, al fin, la dichosa película, rodada en cuatro semanas, fue un éxito y con el tiempo, un clásico. El tempo logradísimo de los diálogos, la imprevisión de la trama, la buena interpretación de los actores y la cohesión del tándem Capra- Riskin, el guionista, abocó en la consecución de, ni más ni menos, un éxito sin precedentes.

El que Sucedió una Noche haya ganado también el Oscar de Mejor Película, hizo historia al haberse convertido en la primera comedia romántica que conseguía el premio, además de ser el primer filme nominado a 5 estatuillas que terminó ganando las cinco, y por supuesto, la primera en adjudicarse los cinco premios más importantes: Película, Director, Guión, Actriz y Actor. Sobre este último logro, tuvieron que pasar 41 años para que Atrapado sin Salida repitiera la hazaña en 1975, y otros 16 para que El silencio de los Inocentes (The Silence of the Lambs) empatara este récord en 1991.





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