domingo, 5 de febrero de 2012

México en el Oscar: Tlayucan

Tlayucan es una película mexicana de 1962 dirigida por Luis Alcoriza, basada en la novela de Jesús Murciélago Velázquez. Fue nominada a los premios Óscar a Mejor Película Extranjera en 1963, resultando el 3er filme mexicano en recibir de manera consecutiva dicha distinción en esta categoría. Pasen y vean...






En los años 60 la producción de cine en México era controlada por el monopolio de "las siete familias" (Gregorio Wallerstein, Alejandro Galindo, Ismael Rodríguez, Arturo Ripstein, Alfonso Rosas Priego, Fernando De Fuentes y los hermanos Calderón), y se hacía básicamente de dos maneras, al estilo de Enrique Guzmán (urbanitas) o "de caballitos" (rancheritas); en fin, dos caras de lo mismo: cine de estereotipos, con sus excepciones. Fue el tiempo de la peor censura al cine; no se permitía hablar del presidente ni de la iglesia ni del ejército ni del himno nacional, ni mostrar la pobreza, la sexualidad, la oposición. "El cine más falso de la historia en México se hizo en los sesentas", contaba en una entrevista retrospectiva el cineasta Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, para el periodo 2010-2014. Había "facilidades" para los productores con el fin de que se abstuvieran de hacer críticas.

Sin embargo, también estaban los intelectuales, orgullosos todavía del triunfo de la Revolución Cubana, empapados de los distintos movimientos sociales y culturales en el mundo, y que querían hacer cosas diferentes. Hacer buen cine en México se trataba de "contar lo que querías contar sin que te mordiera la censura, y de todos modos te mordía", recuerda Víctor. Luis Alcoriza filmó sus mejores obras durante la peor época de la censura, las famosas "tres T": Tlayucan (1962), Tiburoneros (1963) y Tarahumara (1965), a la cual le mocharon 30 minutos y tiraron los negativos a la basura; la única evidencia que existe de la historia completa es un guión resguardado en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), institución defensora de los derechos de autor, de la cual Alcoriza fue miembro fundador.





Alcoriza debutó como realizador al iniciar la década de los 60’s con un filme cuyo título resultaba ad-hoc para los nuevos tiempos: Los Jóvenes (1960). Gran amigo y frecuente colaborador de Luis Buñuel -particularmente reconocido por su trabajo en el guión de Los Olvidados (1950)- Luis Alcoriza desarrolló una destacada carrera dentro de la cinematografía mexicana, como actor, guionista, director y figura emblemática de la transición entre el clasicismo de la época de oro y un cine más vanguardista, experimental y comprometido.

Nacido en el seno de una familia de actores teatrales que recorrió toda España, parte de África y Sudamérica presentando su espectáculo, Alcoriza llegó a México en 1940. En poco tiempo, el joven se incorporó al medio teatral mexicano, en el que destacó por sus interpretaciones en dramas de corte religioso, junto a actores de la talla de Enrique Rambál y las hermanas Blanch. La Torre de los Suplicios (1940) de Raphael J. Sevilla marcaría su debut en el medio cinematográfico, en el cuál se haría famoso interpretando a Cristo en filmes como María Magdalena (1945) de Miguel Contreras Torres. Su matrimonio con la actriz, bailarina y escritora austríaca Janet Riesenfeld -conocida como Raquel Rojas en su faceta actoral y como Janet Alcoriza en su labor como guionista- se convirtió en una de las relaciones más duraderas, creativas y fructíferas del medio cinematográfico mexicano. Juntos, Janet y Luis, escribieron buena parte de los guiones mexicanos que se filmaron entre 1946 y 1960.

El guionismo fue la actividad que llevó a Luis Alcoriza a encontrarse con su paisano y tocayo Luis Buñuel. A partir de El Gran Calavera (1949), Alcoriza colaboró con Buñuel en diez ocasiones, incluyendo la escritura en mancuerna de un guión que Buñuel no se atrevió a filmar: Si usted no puede, yo sí (1950). Alcoriza también escribía los guiones de sus películas. Como mencionó alguna vez su amigo García Márquez: "Alcoriza es un escritor excelente, con una práctica cotidiana de cajero de banco, fue el escritor más inteligente de los primeros guiones para Luis Buñuel y, más tarde, lo haría para sus propias películas."

Como director, Luis Alcoriza recibió una gran influencia de cineastas mexicanos de la talla de Emilio Fernández y del mismo Buñuel. En su cine, Alcoriza proyectó una búsqueda del erotismo y la sexualidad a través del sarcasmo en una época de liberación. Aunque su ascendencia española siempre estuvo presente en su vida y obra, varias de sus cintas, como Tlayucan (1961), Tiburoneros (1962), Tarahumara (1964), Mecánica Nacional (1971), Esperanza (1972) y Las fuerzas vivas (1975), exploraron la mexicanidad desde la óptica de alguien que llegó a conocer México mejor que muchos mexicanos.

En sus últimos años, decepcionado del medio fílmico mexicano y de muchos de sus amigos, Alcoriza regresó a España en dos ocasiones para filmar los que serían sus últimos filmes. Quienes lo conocían de cerca han señalado que a Luis Alcoriza siempre le pesó la sombra de Buñuel y que le amargaba darse cuenta que éste nunca reconoció el valor de su trabajo, o por lo menos no lo reconoció de la manera que él hubiese deseado. Lo cierto es que la obra de Luis Alcoriza fue reconocida por el medio cinematográfico mexicano en varias ocasiones y que su legado fílmico es de un valor incalculable. Sin Luis Alcoriza, el cine mexicano se habría perdido de uno de sus talentos más agudos, ingeniosos y versátiles, de un cineasta que logró capturar la esencia de lo mexicano en las pantallas.





En Tlayucan, Luis Alcoriza se rodeó de un elenco de actores experimentados y curtidos en el arte escénico. Todos brindan excelentes interpretaciones en la película. El coahuilense Julio Aldama (cuyo verdadero nombre era Augurio Aguado Turrubiates) tenía una carrera de peso en dramas campiranos que abarcaba desde la mitad de la década de los 50’s. La trayectoria de Jorge Martínez de Hoyos como gran personaje secundario en el cine abarcaba desde finales de los años 40’s, teniendo el reconocimiento internacional cuando interpretó al indio “Hilario” en Los Siete Magníficos (The Magnificent Seven, John Sturges, 1960), y a “Eduardo Padilla” en Los Profesionales (The Professionals, Richard Brooks, 1966). Su papel del cura “Aurelio” es uno de los más divertidos y encantadores de la cinta. El potosino Noé Murayama se especializó en papeles de villano o de hombre rudo, teniendo una carrera que abarcó de 1957 a 1997, tanto en cine como en televisión, participando en cintas como Nazarín (Luis Buñuel, 1959), La Sombra del Caudillo (Julio Bracho, 1960), y Los Hermanos del Hierro (Ismael Rodríguez, 1961).






De la trayectoria de Andrés Soler no hay más que agregar que tiene participaciones en infinidad de películas de la mejor época del cine de oro mexicano, realizando en total 200 títulos desde 1936 hasta 1970, siendo integrante de una de las familias de actores más reconocidas y queridas del ámbito nacional (Para recordar, sus escenas nocturnas en la película caminando borracho hacia su casa mientras grita a todo pulmón echando tiros al aire: "¡Pueblo mugriento y jijo, como te odio!"). Mientras que de carrera más corta e irregular, Norma Angélica encontraba en Tlayucan su película número 18 de las 19 en que participó, haciendo la última hasta mitad de la década de los 90’s, con La Última Llamada (Carlos García Agraz, 1996).





Pancho Córdova hace el papel del sacristán que según presume, puede hablar inglés. Él intervino en más de 140 títulos a partir de 1951 hasta 1983, teniendo grandes participaciones tanto en filmes mexicanos como extranjeros. La carrera de Erick Del Castillo, haciendo el papel de uno de los obreros desconfiados del ingenio azucarero, abarca desde 1960 a la fecha, tanto en cine como en televisión. La de la actriz española Anita Blanch desde 1935 hasta 1982, convertida en toda una dama de la pantalla, intervino en 101 títulos entre películas y telenovelas. Antonio Bravo, que aparece en el papel del Doctor, también tuvo una larga carrera desde 1938 hasta 1981, y como un hecho particular habrá que citar que intervino en pequeños papeles (a menudo sin crédito) en las películas que Buñuel filmó en México: El Gran Calavera (1949), Él (1953), Ensayo de un Crimen (1955), Nazarín (1959), Los Ambiciosos (1959), El Ángel Exterminador (1962) y Simón del Desierto (1959), así como en la comedia Si Usted no puede, yo sí (Julián Soler, 1951), que contó con la participación de Luis Buñuel, Luis Alcoriza y Janet Alcoriza en el guión. Y hablando de esta última, Janet Alcoriza también tiene un cameo en Tlayucan, junto a Jeanne Buñuel, ambas haciendo el papel de turistas americanas. Janet es la mujer que intenta explicar al cura el robo cometido.

Pero a todo esto, ¿de qué trata la película de Alcoriza?

En el pueblo de Tlayucan, el trabajador del ingenio azucarero Eufemio Zárate (Julio Aldama) riñe con su patrón tras defender las ganancias de uno de sus compañeros, y su esposa Chabela (Norma Angélica), que siempre es observada con lascivia por el viejo rico don Tomás Cruz (Andrés Soler), vende sus puercos para sobrevivir. Nicolás (Juan Carlos Ortíz), el hijo de ambos, enferma de bronconeumonía y no tienen dinero para atenderlo. La beata Prisca (Anita Blanch), que guarda y acaricia con frecuencia su ropa de novia, se niega a prestar porque ha visto a Eufemio hacer el amor con su mujer en el arroyo y lo considera inmoral. Tomás también se niega, pues Chabela no acepta sus proposiciones. Entonces Eufemio roba una perla de la aureola de la virgen de la iglesia. Unos turistas tomaron una foto del robo, cuyo flash Eufemio confundió con una señal de la virgen, y es descubierto. Para ocultar la perla, Eufemio la tira al comedero de los cerdos. Y cuando quiere entregarla, no aparece. La gente lo quiere linchar y hacen evacuar a los cerdos pero no encuentran la perla. El mendigo ciego Matías (Noé Murayama) lleva flores en su cumpleaños a Prisca. Ella lo invita a brindar y ambos terminan borrachos haciendo el amor. Eufemio es llevado a juicio pero los hombres que defendió en el ingenio abogan por él y lo dejan en libertad con la promesa de pagar la perla con trabajo. Al fin Tomás da a Chabela el dinero para curar al niño y en agradecimiento ella se deja ver por el viejo mientras se asea. Luego encuentra la perla y Eufemio la coloca a escondidas en la aureola. El pueblo pregona un milagro…







Al final de los años 50 el cine mexicano avanza hacia la crisis que se acentúa por la ausencia de nuevos directores y la ambición de los productores privados que frente a un mercado cautivo, se olvidan del cine de calidad, lo que da como resultado que no se recupera ni el 50% de lo que se invierte en las películas a nivel nacional. Comenzaba entonces la peor crisis del cine mexicano en su historia. En los años de 1961 a 1964 la producción descendió notablemente y aún más, el nivel de calidad de los filmes. Sólo destacó durante este período la actividad de Luis Buñuel y la revelación de Luis Alcoriza. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, encargada de entregar el Premio Ariel a lo mejor de la producción fílmica del país, dejó de realizar esta función en 1958 ante el panorama de la industria, y no volvió a continuar las entregas hasta 1972.

Pero es en esta época de los años 60’s que se vive la crisis del cine mexicano; y lo poco rescatable de este periodo son las películas de Alcoriza Tlayucan (1961) y Tiburoneros en (1962); La Soldadera (1966), de José Bolaños y Tiempo de Morir (1965), de Arturo Ripstein. Los concursos de cine experimental dieron a conocer varios directores nuevos como: La fórmula secreta (1965) de Rubén Gámez; Juego de mentiras (1967), de Archibaldo Burns; Viento Distante (1965), de Salomón Laiter y En este pueblo no hay ladrones (1965) de Alberto Isaac. Después de la represión de 1968 se manifiesta una aguda necesidad de expresarse y crece la efervescencia para realizar cine independiente, universitario y, por supuesto, cine industrial. La exhibición de películas extranjeras es cada vez mayor, pero la de películas norteamericanas se reduce considerablemente.

Este es el panorama fílmico que se vivía entonces, y en 1962 la industria se encuentra de nueva cuenta con las presiones de enviar a un filme mexicano a la competencia por el Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en su edición número 35º. No había mucho de donde elegir, así que tras las buenas críticas recibidas de Tlayucan en el Festival Internacional de Karlovy-Vary, en la antigua Yugoslavia, donde obtuvo una Medalla de Oro, se decide enviar a competencia a la cinta de Alcoriza, que también sería la primera ganadora de la Diosa de Plata como Mejor Película, premio entregado por la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México en su primera edición el 8 de Marzo de 1963. Apenas el año anterior México había conseguido su segunda nominación al Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera con Ánimas Trujano (El Hombre Importante), de Ismael Rodríguez. Y para sorpresa de todos, Tlayucan fue del agrado de los académicos estadounidenses y se hizo con la nominación oficial. Con ello, México tenía presencia consecutiva en los Oscares de 1961, 1962 y 1963.

La cinta fue filmada en 1961 en Oaxtepec, Morelos, y estrenada en 1962 en la ciudad de México. En una entrevista el director comentó cuál era el contexto que retrata su película, basada en la novela del luchador, guionista y actor Jesús Murciélago Velázquez: “Se habla de explotación, de miseria, del abuso de quienes poseen los medios de producción. Esto está tratado a partir de cosas reales, de una manera muy seria, clara y directa, al igual que la idea de la solidaridad entre los trabajadores. Pero más que denuncia tenía deseos de romper con los símbolos establecidos del bienestar de una sociedad, empezar a verlos con ironía, empezar a ablandar los pilares de la sociedad y sus instituciones mediante la burla de sus componentes más serios y sagrados. Es lo mismo que intenté en Tiburoneros, recuerdo el dictamen de la censura en España que decía que era el ataque más feroz contra la institución de la familia.”




Dueña de una impresionante fuerza visual, Tlayucán parecía tener posibilidades en la contienda por el Oscar. Era el año en que Lawrence de Arabia (David Lean) obtenía siete estatuillas doradas, incluyendo Mejor Película y Director. También era el año en que Gregory Peck obtenía el premio de Mejor Actor por Matar a un Ruiseñor (Robert Mulligan), y que en diversas categorías contendían cintas como El Día Más Largo (Darryl F. Zanuck), Rebelión a Bordo (Lewis Milestone), Días de Vino y Rosas (Blake Edwards), La Maestra Milagrosa (The Miracle Worker, Arthur Penn), Dulce Pájaro de Juventud (Richard Brooks), Lolita (Stanley Kubrick), ¿Qué pasó con Baby Jane? (Robert Aldrich), Birdman of Alcatraz (John Frankenheimer), y que el italiano Marcello Mastroianni conseguía la primera de sus tres nominaciones al Oscar, en esta ocasión compitiendo por Divorcio a la Italiana (Pietro Germi).




Además de Tlayucan, titulada en su nominación como The Pearl of Tlayucan, las cintas nominadas en la categoría de Mejor Película Extranjera fueron:

Electra (Ilektra, Mihalis Kakogiannis, 1962), de Grecia, una poderosa adaptación en blanco y negro de la tragedia griega escrita por Eurípides. Fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1962, donde se hizo acreedora al Gran Premio Técnico; y esta protagonizada de genial manera por la estrella griega Irene Papas. La historia se inicia con el regreso a Argos del rey Agamenón tras una victoriosa campaña en la guerra de Troya. Durante su ausencia, su esposa Clitemnestra (Aleka Katselli), madre de Electra y Orestes, se ha enamorado del cruel Egisto (Fivos Razi), convirtiéndole en su amante, y entre ambos preparan el asesinato del noble monarca. Lo logran, y los hermanos son separados por diversas circunstancias. Años después, Electra (Irene Papas) ha crecido como campesina alejada de los lujos del palacio, consumida por la venganza y el resquemor hacia su madre, pero también tienen cabida mensajes populares como la defensa de la nobleza merced a los actos y el corazón, más que por la cuna. Ello se desprende del esposo de la protagonista (Notis Peryalis), hombre humilde y bueno, que respeta carnalmente a su mujer ya que considera que, literalmente: “...quien me la dio no tenía derecho a hacerlo...”. Electra vive esperando el regreso de Orestes (Giannis Fertis) para ayudarla a vengar la muerte de su padre quitándole la vida tanto a Egisto como a Clitemnestra. Y cuando el hermano ausente llega acompañado de su amigo Pylades (Takis Emmanuel), Electra hará todo lo posible por convencerlo de llevar a cabo su trágico plan…








Los Cuatro Días de Nápoles (Le quattro giornate di Napoli, Nanni Loy, 1962), de Italia. Este drama bélico muestra la historia de una revuelta popular napolitana contra los invasores alemanes en septiembre de 1943, durante la Segunda Guerra Mundial. Luego de cuatro días de ocupación alemana, el pueblo napolitano se organiza en solo unas horas para iniciar una revuelta y liberar la ciudad de los nazis antes de la llegada de las tropas aliadas. Los Napolitanos se arman con rifles y pistolas, piedras, botellas de gasolina, pedazos de madera, objetos caseros, etc., y a pesar de un armamento rídiculo y rudimentario, acaban logrando su objetivo. La película es protagonizada por Regina Bianchi, Aldo Giuffrè, Lea Massari, Jean Sorel, Gian Maria Volonté, Pupella Maggio, y el niño Dominico Formato. A raíz de su nominación al Oscar en 1963, la cinta inició su corrida comercial internacional y fue nuevamente nominada a los Oscar de 1964, pero esta vez en la categoría de Mejor Guión Original, así como a los Globos de Oro y al BAFTA inglés.








El Pagador de Promesas (O Pagador de Promessas, Anselmo Duarte, 1962), drama que hasta ahora es la única película brasileña que ha ganado la Palma de Oro como Mejor Película del Festival de Cannes de 1962. Aquí se cuenta la historia de Zé (Leonardo Villar), un pobre hombre ingenuo y crédulo que vive en una región rural de Brasil, y cuya posesión más preciada es su burro. Cuando éste enferma de manera terminal, Zé reza por su recuperación y hace una promesa a Santa Bárbara: Si su burro se recupera, llevará a cuestas una gran cruz de madera –como Jesús-, desde su ciudad a la Iglesia de Santa Bárbara en la capital del Estado, además de dividir su pequeña granja con otros campesinos más pobres que él, que no tenían tierras propias. Tras el milagro, Zé (que vendría a ser como "Pepe" en castellano) realiza su viaje, pero el sacerdote de la iglesia se niega a aceptar la cruz una vez que llega a conocer el motivo de su peregrinar. Y es que en la aldea de Zé no había ninguna iglesia dedicada a Santa Bárbara, pero si a una deidad pagana llamada Iansã, equivalente a la Santa Bárbara católica. Y eso la Iglesia lo considera como una herejía y no dejarán que Zé entre en el templo católico para saldar la deuda contraída. En el pregrinaje de Zé, le acompaña su esposa Rosa (Glória Menezes). Ella le sigue, fiel, pero preferiría no haberlo hecho. Se da cuenta de que su marido es una persona demasiado crédula, que es capaz de humillarse por saldar una promesa que hizo por un burro. En la ciudad de Salvador, la pareja conoce a un individuo de dudosa reputación que se encapricha de Rosa y tiene intención de separarla de su marido para convertirla en otra de sus "chicas". Rosa, cansada y sintiéndose menospreciada por su marido se dejará seducir por el proxeneta que se hace llamar Bonitão –Guapo- (Geraldo Del Rey). En la puerta de la iglesia de Santa Bárbara, en la gran escalinata que hay delante, se establecen Zé y Rosa, y esperan a que el cura cambie de idea y les deje pasar. Mientras tanto, a su alrededor empiezan a arremolinarse varios personajes con diferentes intenciones para con Zé. Unos quieren ayudarle, pensando que el pobre hombre lucha por una causa que ellos defienden. Otros quieren aprovecharse de él, como el dueño del bar de delante, un gallego que no quiere que Zé consiga su objetivo porque así, siempre habría curiosos cerca que entrasen a tomar algo a su bar. La prensa quiere contar su historia para vender más ejemplares de periódicos aunque sea adornándola con detalles sensacionalistas. La presión que tiene que soportar ese hombre sencillo e ingenuo es demasiada y se ve abrumado por la situación.









Sibila (Les dimanches de Ville d'Avray, Serge Bourguignon, 1962), drama francés. El argumento es el siguiente: Después de matar a una niña en una misión rutinaria de bombardeo en Indochina, Pierre (Hardy Krüger) sufre de estrés retardado y amnesia parcial. De regreso a Francia, vive como un vegetal hasta que conoce a Françoise, una niña de 12 años (Patricia Gozzi) que ha sido abandonada por su padre en un internado del suburbio parisino Ville d' Avray. Haciéndose pasar por su padre, Pierre consigue que la chica y él se reúnan cada domingo, para jugar con ella y tal vez recuperar su memoria. Ella se hace llamar “Sibila”, como la diosa del agua. Pero la inocente amistad es malinterpretada por casi todos, incluso quienes conocen a Pierre. Al mismo tiempo, la doctora que lo trata se va enamorando de su paciente, y con su calidez y paciencia trata de ser un apoyo moral para Pierre…







Sibila fue la película que conquistó la estatuilla en esta categoría, y al año siguiente de su triunfo en los Oscar y de su nominación al Globo de Oro como Mejor Película Extranjera, fue de nueva cuenta contendiente al Premio de la Academia en las categorías de Mejor Música Adaptada (Maurice Jarre) y Mejor Guión Adaptado. Con un tono poético y acompañado de una notable fotografía y una ambientación de lujo, más ciertas melodías de Maurice Jarre que encajan a la perfección con la película, Sibila es una de esas experiencias imposibles de repetir. Quizá lo más llamativo de esta cinta es la calidez y la ternura que expresan algunas de sus escenas y la relación que se va forjando entre ambos personajes, es simplemente mágico y único. La película va derrochando maestría en el desarrollo y mostrando magníficamente las distintas facetas, historias secundarias y personajes secundarios, que forman parte de un todo, un todo que se ve reflejado en el final donde convergen todos los elementos del guión para cerrar la película de la mejor manera.






Aunque Tlayucan no ganó el Oscar, en México fue la primera cinta reconocida con el recién creado premio Diosa de Plata de la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México (PECIME) en su primera edición, en las categorías de: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (Julio Aldama), Mejor Actriz (Norma Angélica), Mejor Coactuación Masculina (Noe Murayama), Mejor Coactuación Femenina (Anita Blanch) y Mejor Fotografía (Rosalío Solano, Urbano Vázquez). Asimismo, en el Festival Internacional de Cine de San Francisco, California, en su sexta edición, Noé Murayama fue premiado como Mejor Actor Secundario por su personaje del ciego “Matías”.




Tlayucan fue producida por Antonio Matouk, Angélica Ortíz (madre de la actriz y cantante Angélica María), Paco Crow y Fidel Pizarro. Es considerada la número 48 entre las 100 Mejores Películas del Cine Mexicano. En entrevista a Fernando Samaniego para el diario “El País” (29/12/77), Alcoriza comentaba sobre Luis Buñuel y su faceta de director:

«Buñuel ha influenciado en muchos, incluso Resnais lo reconoce. Lo que más impresiona a sus seguidores es el humor, el juego de artificio, su formación surrealista. Buñuel descubre la manera de mover al actor y el juego con las cámaras. Esa necesidad de movimiento parece simple pero es muy complicado. La cámara debe moverse acompañando algo, para meter al espectador en la obra sin esclavizarse a la técnica. Buñuel no es mi maestro. Hay cosas que descubrimos juntos y de ahí surgió una gran amistad. No me ha enseñado a hacer cine sino a ser hombre. Su influencia es tremenda en todo mi comportamiento. Es una influencia en mi vida completa, no en el cine, de tipo fraternal más que artístico




«Mi humor es muy europeo, español o inglés, un humor de mala leche. Me da miedo lo serio, las personas sesudas. Creo que es más eficaz el cine con humor, que incluso se puede aplicar a las situaciones más violentas y trascendentes. Son muchos años de teorizar, incluso hay un lenguaje nuevo tan complejo que las palabras pierden su valor. Todo el mundo quiere dejar su huella y hay mucho camelo en eso de afirmar la personalidad. Yo utilizo una técnica muy simple. El guión sirve para aclarar los matices que no puede expresar la imagen. Es un error confundir el cine y la literatura, caer en el esteticismo o meter siempre la música para apoyar la imagen. Tampoco me planteo complicaciones con el color, me horroriza el colorido de paleta. Hay que conseguir que el espectador no sienta los elementos mecánicos

«Siempre he obrado por impulsos, por aquellas cosas que me atraen. Reconozco una tendencia a rechazar el cine urbano, ya que tengo miedo en caer en lugares comunes. Me interesa más conocer de cerca los lugares y personas. Prefiero el juego a los planteamientos psicológicos. Lo que le pasa a la gente en la vida normal tampoco está premeditado. Por eso la elaboración de los guiones es lenta y dura, hasta ver la película


7 comentarios:

  1. Tlayucan, pelicula donde participo todo o casi todo el pueblo de Oaxtepe, Morelos, Mex. Incluidos mis papas Jose M y Alicia H. y yo cuando bebe, ja. Ja. Por cierto , mi suegra se enamoro del Sr Erick taantoo, que tuvo un hijo igualito a el (mi marido +) Sra. Q paso???? . Buena pelicula, buenos actores, buena locacion. FelIcidades ERiIk DEL CASTILLO.

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  2. Tlayucan, pelicula donde todo o casi todo el pueblo de Oaxtepec, Mor. Mex. participo, entre ellos mis papas Jose y Alicia M. Por cierto que mi suegra se enamoro tanto de Erick que tuvo un hijo parecido a el. (el papa de mi hija) ya supe que fueron novios Sra. que paso??? ja, ja, ja. Buena pelicula, buenos actores. Hermoso lugar. Felicidades Sr. ERICK DEL CASTILLO.

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  3. Norma Angélica se suicidó en los 60s

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  4. Lo único rescatable de "Tlayucan" es Don Andrés Soler, los demás actores, la historia y la dirección de Alcoriza dan pena.

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  5. Excelente muy buenas actuaciones de todos, direccion, tema rural con personajes muy mexicanos en pobreza ( cosa rara) pero muy humanos, con drama y humor y con un final inteligente (Julio Aldama), escenas sensuales ( Norma Angelica), un viejo con tintes de amo donde escondia otros rasgos(Andres Soler), un tema chusco en torno a un supuesto milagro de la virgen..

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  6. Me encantó ésta película, tan humana, tan actual

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