El mundo moderno está lleno de sex symbols que gracias al cine, la televisión, publicidad o internet, se vuelven famosos no solo por el hecho de mostrar sus atributos físicos, sino por poseer un encanto o erotismo en su personalidad que gusta e incita los deseos del espectador. En terreno para caballeros muchas actrices de antaño se han puesto como ejemplo de icono sexual, pero se ha olvidado un tanto a los hombres, que a la par que ellas, provocaron suspiros y fascinación en las oscuras salas de cine en los comienzos de la industria. Aquí presentamos la primera parte de estos galanes que se convirtieron en los primeros sex symbols de la pantalla silente, abarcando las décadas de 1910 y 1920, una selección para el disfrute.
Wallace Reid
(1891-1923)
Cinco mejores películas: El Retrato de Dorian Grey (1913), Carmen (1915), Old Heidelberg (1915), Forever (1921), El Señorito Primavera (The Affairs of Anatol, 1915).
Algo para recordar: La Motion Picture Magazine lo describió como el “más perfecto amante de la pantalla”. Atleta consumado, este galán de ojos azules participó en numerosos deportes, a la vez que se interesaba por la música, aprendiendo piano, banjo, percusión y violín. Aunque el físico de Reid le hacía un perfecto "ídolo de matiné", también le satisfacía el trabajo tras las cámaras, por lo que a menudo ejerció como escritor, cameraman, y director. Actuó en El nacimiento de una Nación (1915) e Intolerancia (1916), ambas dirigidas por D. W. Griffith, y en cine se convirtió en uno de los mayores rompecorazones de Hollywood. Su papel como un gallardo piloto de carreras en cintas de acción, hizo que el público femenino acudiera a los cines para verle en títulos tales como The Roaring Road (1919), Double Speed (1920), Excuse My Dust (1920), y Too Much Speed (1921). Fue un hombre feliz, equilibrado, cercano a sus padres y amante de su mujer y sus hijos. Más allá de la admiración de los espectadores, Wallace Reid fue respetado por sus compañeros de profesión, así como por los ejecutivos de los estudios que le emplearon.
Rodolfo Valentino
(1895-1926)
Lugar de Nacimiento: Castellaneta, Italia
Cinco mejores películas: Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (1921), La Dama de las Camelias (1921), El Sheik (1921), Sangre y Arena (1922) y El Hijo del Sheik (1925).
Algo para recordar: Nacido en Italia, desde joven inició una intensa preparación físico-culturista que transformó su cuerpo en una belleza morena y musculosa. Se recibió de técnico agrario, y asentado en Francia tomó cursos de bailes. En 1913 se marcha a Nueva York en busca de oportunidades. Trabajó como lavaplatos, jardinero y gigoló antes de decidirse probar suerte en el cine, donde fue el más famoso de los “latin lover” de la época silente. Era un aficionado de las ciencias ocultas y le volvían loco las joyas. Pero lo que más ha trascendido son sus relaciones amorosas. Dicen que tuvo varios romances con hombres, entre los que destaca el que tuvo con el también actor Ramón Novarro. Gran bailarín de tango, galán bisexual, vanidoso con su aspecto, fue acusado por el Chicago Tribune de “afeminación de los hombres americanos”. Estuvo casado dos veces con esposas de preferencias lésbicas. Fue deseado por las mujeres y por muchos hombres, algunas llegaron a quitarse la vida cuando se supo la noticia de su repentina muerte causada por el envenenamiento de la sangre debido a una úlcera perforada.
Douglas Fairbanks
(1883-1939)
Lugar de Nacimiento: Denver, Colorado, Estados Unidos.
Cinco mejores películas: La Marca del Zorro (1920), Los Tres Mosqueteros (1921), Robin Hood (1922), El Ladrón de Bagdag (1924), y El Hombre de la Máscara de Hierro (1929).
Algo para recordar: Este ídolo de la pantalla grande se inició como actor en Broadway en 1902, y en cine en 1915 bajo las órdenes de D.W. Griffith, uno de los padres de la narración cinematográfica. Encantador, apuesto y caballeroso, Fairbanks se enamoró de la estrella Mary Pickford, con la que se casó en segundas nupcias en 1920, durando 16 años de matrimonio y formando la pareja más famosa de la década. Douglas Fairbanks fue un excelente atleta que competía en pantalla con la figura de Valentino; mientras éste se especializaba en películas de corte romántico, Fairbanks atendió las películas de aventuras, donde realizaba él mismo la mayor parte de las acrobacias. Fundó junto a Pickford, Griffith y Charles Chaplin la productora United Artist, y fue el primer presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
Ramón Novarro
(1899-1968)
Lugar de Nacimiento: Durango, México.
Cinco mejores películas: El Prisionero de Zenda (1922), Scaramouche (1923), Ben-Hur (1925), El Príncipe Estudiante (1927), Mata Hari (1931).
Algo para recordar: Primo de la afamada actriz Dolores de Río e hijo de padres españoles, Novarro fue el primer galán mexicano que triunfó en Hollywood. Su creciente popularidad entre las fanáticas femeninas le valieron el título del “Nuevo Valentino”, ídolo con el que se rumora tuvo más que una amistad. Ramón Novarro era homosexual, y ambos habían coincidido en Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, donde participó como extra. En 1925 apareció en su papel más famoso, el rol protagónico de la versión muda de Ben-Hur, donde no tuvo reparos a la hora de mostrar sus atributos físicos. Valentino le regaló un pisapapeles con forma de miembro masculino, y décadas después, cuando Novarro había contratado los servicios sexuales de un par de hermanos de 22 y 17 años, estos terminaron por introducirle tan extraño obsequio en la boca, luego de torturarlo salvajemente, hasta provocar su muerte por asfixia, mientras buscaban dinero que la ex estrella no poseía.
Antonio Moreno
(1887-1967)
Lugar de Nacimiento: Madrid, España.
Cinco mejores películas: The Temptress (1926), Mare Nostrum (1926), It (1927), Centauros del Desierto (1956) y El Monstruo de la Laguna Negra (1954).
Algo para recordar: Fue junto a Rodolfo Valentino y Ramón Novarro, uno de los primeros “latin lovers” del cine mudo, quizá el primero, pues él empezó en la industria en 1912 antes que sus compañeros. Su atractivo físico y su carácter amigable le abrieron abundantes puertas cuando emigró a América. Muy importante fue la ayuda que recibió de Charlotte Morgan, una viuda que pagó por su educación en Massachusetts. Posteriormente, trabajó durante algunos años para la compañía local de gas y electricidad. Pero el acontecimiento que habría de cambiar su vida llegó en 1910 cuando consiguió un papel de extra en la compañía de teatro de Maude Adams, a la que acompañaría en su gira hasta Broadway, y de ahí, al cine. En 1923, Antonio contrae matrimonio con Daisy Canfield Danziger, una rica divorciada de clase alta a la que conocía desde 1919. La pareja se mudó a una enorme casa de estilo español denominada Crestmount y se hicieron muy populares entre las gentes del cine por sus fiestas, que a menudo eran al estilo español. En 1924, Antonio Moreno era ya oficialmente una estrella y no solo en Paramount sino en Hollywood, de manera que le comenzaron a llover contratos para protagonizar producciones en los mejores estudios. Su aspecto seductor, su simpatía y su capacidad dramática le ganó la adoración del público y el reconocimiento de los críticos. Es sobre todo recordado por sus papeles de galán seductor con estrellas como Greta Garbo, Pola Negri, Clara Bow y Gloria Swanson. Su carrera como actor se extendió durante 4 décadas, aunque su fama decayó cuando inició el sonoro y su marcado acento español lo fue relegando de las pantallas. Fue además el director de la primera película sonora mexicana, Santa (1931), protagonizada por Lupita Tovar.
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ResponderEliminaratt.
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