Sex Symbols del Cine Sonoro (II)

He aquí la segunda entrega de este artículo, presentando a los galanes con más sex appeal de los 30’s y 40’s.

CARY GRANT
(1904-1986)

Lugar de Nacimiento: Horfield, en Bristol, Inglaterra. País: Reino Unido.
Diez Mejores Películas: Ella lo Engañó (1933), La Pícara Puritana (1937), La Fiera de mi Niña (1938), Solo los Ángeles tienen Alas (1939), Gunga Din (1939), Luna Nueva (1940), Sospecha (1941), Arsénico por Compasión (1944), Algo para Recordar (1957), Intriga Internacional o Con la Muerte en los Talones (1959).
Algo para recordar: Encanto y elegancia caracterizan a este hombre que, sin ser americano, es uno de los máximos exponentes del “american way of life”. Grant llegó a los Estados Unidos en 1920 y empezó haciendo cine en 1932, dejando a lo largo de 4 décadas un legado de grandes títulos que abarcan registros tan dispares como el melodrama romántico, la comedia elegante, el drama, el thriller, y los géneros de aventuras, fantasía y misterio. Su popularidad eclipsó sus méritos como actor y, por ejemplo, nunca ganó un Globo de Oro en las 5 oportunidades que tuvo para conseguirlo, ni mucho menos un Premio Oscar en competencia en las únicas dos nominaciones que recibió en su carrera. Un Oscar Honorario le sería entregado por sus colegas ante estos descuidos en el lejano 1970, cuando ya estaba retirado de la pantalla. 5 matrimonios y una sola hija en su vida, no pudieron acallar los rumores sobre su bisexualidad, se le relacionó sentimentalmente con actrices esculturales como Mae West o Sophia Loren, a la vez que pagaba los servicios de jovencitos, compartía casa con el actor de westerns Randolph Scott, o tenía una extraña amistad con el magnate y productor Howard Hughes, el gangster "Bugsy" Siegel, y un rumoreado acostón con Marlon Brando. Gran fan de Charles Chaplin y Elvis Presley, cuidadoso del buen vestir, se dice que el personaje del agente británico “James Bond”, de Ian Fleming, estuvo basado en él, y es que alguna vez un reportero le mencionaba “Todo el mundo quiere ser Cary Grant”, y la estrella respondía con humildad “Yo también”.

TYRONE POWER
(1914-1958)

Lugar de Nacimiento: Cincinnati, Ohio, Estados Unidos.
Diez Mejores Películas: Chicago (1937), Tierra de Audaces (1939), El Signo de El Zorro (1940), Sangre y Arena (1941), El Cisne Negro (1942), El Filo de la Navaja (1946) El Callejón de las Almas Perdidas (1947), Prince of Foxes (1949), Cuna de Héroes (1955), Testigo de Cargo (1957).
Algo para recordar: Proveniente de una familia de actores, este galán romántico de gran hermosura comenzó actuando a mediados de los años veinte como extra en varias películas, pero sería a comienzos de la década de 1930 cuando su nombre pudo ser visto anunciado con letras grandes en las marquesinas de Hollywood. Heredero natural de Douglas Fairbanks Jr. y rival directo de Errol Flynn y Stewart Granger en un cine de aventuras auspiciado durante y después de concluida la Segunda Guerra Mundial, Tyrone Power exhibía, para tal menester, un físico atlético, una mirada cautivadora y al mismo tiempo angelical. El conjunto de estos rasgos personales le reportaría ser considerado uno de los actores más atractivos entre el público femenino en los años cuarenta y principios de los cincuenta. No en vano, las comparaciones suscitadas con Fairbanks Jr. tomaron cuerpo sobre todo a raíz de que Power protagonizara los remakes de El Signo de El Zorro y Sangre y Arena, encarnando a los héroes de acento español Don Diego de Vega y Juan Gallardo, respectivamente. También considerado un galán bisexual (se le relaciona como conquista nada menos que de Marlon Brando), Power se casó tres veces, tuvo dos hijas de su segundo matrimonio y un hijo del tercero.

ROBERT TAYLOR
(1911-1969)

Lugar de Nacimiento: Filley, Nebraska, Estados Unidos.
Diez Mejores Películas: Magnífica Obsesión (1935), La Melodía de Broadway de 1936 (1935), La Dama de las Camelias (1936), El Puente Waterloo (1940), Billy the Kid (1941), Johnny Eager (1942), Bataan (1943), Quo Vadis (1951), Ivanhoe (1952), El Valle de los Reyes (1954).
Algo para recordar: Apodado “el hombre del perfil perfecto”, Spangler Arlington Brugh, su verdadero nombre, se graduó como médico e inmediatamente fue descubierto por un cazatalentos de la MGM, estudio que le dio su primer contrato en 1934, estableciendo con la productora el record del contrato más largo para un actor (25 años), aunque con el sueldo más bajo de la nómina. Su papel en Magnífica Obsesión (1935), al lado de Irene Dunne, lo puso en la mira del público femenino, pero fue su rol como “Armand Duvall” en La Dama de las Camelias (1936), junto a Greta Garbo, que lo convirtió en estrella romántica de la pantalla. En La Mujer de su Hermano (1936) comparte créditos con la que sería su primera esposa, Barbara Stanwyck, volviendo a repetir juntos en This is My Affair (1937). La química entre ambos fue evidente, pero la Metro insistía en que no hubiese una relación formal, ya que el público femenino prefería ver a su nuevo ídolo "solito y sin compromiso". En 1939, luego de tres años de noviazgo, se casaron en una unión que duraría once años. Cuando la prensa le preguntó a la actriz sobre el hecho de que él era cuatro años más joven, Barbara fue muy positiva en la respuesta: "El muchacho tiene mucho que aprender y yo tengo mucho para enseñarle". Taylor se alistó como piloto civil durante la Segunda Guerra Mundial, interés que se le había despertado durante la filmación de Flight Command, en 1940. En poco tiempo, estaba piloteando su propio avión. En 1943 se alistó en el Cuerpo Aéreo de la Marina y le fue dado el grado de teniente. Solicitó ser enviado a los servicios de combate pero con 32 años de edad fue considerado muy mayor y se le rechazó el pedido. Pero lo aprovecharon como instructor de vuelo. Se desligó del servicio activo en 1946. Había pasado tres años lejos de los estudios y del público. Para esa época, su matrimonio con Barbara no andaba bien y raramente pasaban el tiempo juntos pues él estaba días enteros con sus amigos cazando, pescando y conduciendo una motocicleta. Esto abatió tanto a la esposa como a la madre, quien todavía intentaba interferir en su vida. Por otro lado, su madre y Bárbara nunca se gustaron entre sí. En 1951, y luego de un romance extramatrimonial del actor, el matrimonio se disolvió. Si bien su matrimonio sigue suscitando toda clase de sospechas por la ambigua sexualidad de ambos, Taylor y Stanwyck hicieron gala de que realmente hubo amor entre ellos. Al actor de voz profunda se le criticó por salir a cámara más maquillado que su esposa y por estar siempre bajo las faldas de su dominante madre (se cuenta que el día de su boda, la señora le pidió a su hijo que pasará su noche de bodas en la casa de ella en lugar de estar con Barbara). En 1954 se volvió a casar con Ursula Thiess, con quien tuvo dos hijos, durando juntos hasta el momento de su muerte.

JOEL McCREA
(1905-1990)

Lugar de Nacimiento: Pasadena del Sur, California, Estados Unidos.
Diez Mejores Películas: Ave del Paraíso (1932), Rivales (1936), Esos Tres (1936), Callejón sin Salida (1937), Union Pacific (1939), Enviado Especial (1940), Los Viajes de Sullivan (1941), El Amor llamo dos Veces (1943), Las Aventuras de Buffalo Bill (1944), Duelo en la Alta Sierra (1962).
Algo para recordar: Joel Albert McCrea fue una de los grandes protagonistas del western americano y de otros géneros dispares. Graduado de la Universidad del Sur de California, comenzó su carrera como extra en películas del oeste, pero gracias a su físico y aspecto sano y tranquilo, inmediatamente fue requerido para papeles principales con la RKO. En 1933 contrajo matrimonio con la que sería su única esposa, la actriz Frances Dade, con la que duró 57 años de casado hasta el momento de su muerte, y con quien procreó tres hijos. El galán de ojos azules y 1.91 m. de estatura, se desenvolvió con soltura en melodramas y comedias ligeras, pero sería en los western que realizó a partir de la década de 1940 donde encontraría su inmortalidad en el cine de americano. Trabajó bajo las órdenes de los mejores directores de la época, como Howard Hawks, Cecil B. De Mille, William Wyler, George Stevens, Alfred Hitchcock, Preston Sturges, William A. Wellman, Jacques Tourneur y, más recientemente, Sam Peckinpah, sin embargo, nunca alcanzó el status de gran estrella porque, como le dijo al productor Samuel Goldwyn en un acto de admirable honestidad “No he pretendido ser nunca un actor”.

GREGORY PECK
(1916-2003)

Lugar de Nacimiento: La Jolla, California, Estados Unidos.
Quince Mejores Películas: Recuerda (1945), Duelo al Sol (1946), El Despertar (1946), Cielo Amarillo (1948), Almas en la Hoguera (1949), Las Nieves del Kilimanjaro (1952), Vacaciones en Roma (1953), Horizontes de Grandeza (1958), Los Cañones de Navarone (1961), La Conquista del Oeste (1962), Cabo de Miedo (1962), Matar a un Ruiseñor (1962), Arabasque (1966), La Profecía (1976), Los Niños del Brasil (1978).
Algo para recordar: Peck fue uno de los grandes mitos del cine clásico, forjado a lo largo de seis décadas de profesión y más de cincuenta películas. El divorcio de sus padres le significó al pequeño Eldred Gregory alternarse para vivir entre la casa de su abuela materna y su padre farmacéutico. La influencia de su progenitor fue rígida. Él fue quien decidió su ingreso en la academia militar católica St. John de Los Ángeles, donde desde los once años recibió una formación severa y profundamente religiosa. A los doce era monaguillo, y al acabar esta etapa de su formación consideraba seriamente tomar los hábitos. Pero abandonó esta idea y debatiéndose entre ser médico o licenciado en lenguas, se graduó de la Universidad con esta última profesión, pero pronto se encontró disfrutando nuevos estudios de arte dramático. En 1941 su nombre empezaba a sonar en los circuitos de teatro neoyorquino, aunque tampoco debieron de ser ajenos a ese incipiente éxito personal su juventud, su apostura física y, durante la primavera de 1943, fue llamado a Hollywood. Lo esperaban nada menos que Jacques Tourneur con Días de gloria (1944), y John M. Stahl con Las llaves del Reino (1944), títulos premonitorios donde los haya porque con el primero, pese a su relativo fracaso crítico, inició una etapa gloriosa, y con el segundo (un papel de devoto misionero católico que le reportó su primera candidatura al Oscar) consiguió ingresar en la corte de las grandes estrellas. Peck reinó como nadie el resto de los años cuarenta, cuando muchos de los galanes enviados al frente durante la guerra trataban de reencaminar su carrera, y en los cincuenta, consolidado junto a los mejores de ellos como una figura imprescindible, y aún en los primeros sesenta, homenajeado por fin por Hollywood. Una de sus mejores bazas fue saber defender su independencia en una época en que casi todas las primeras figuras estaban «atadas» a las productoras. La calidad de su trayectoria y su capacidad para abordar los personajes más dispares en casi todos los géneros quedan expuestas en una filmografía que contiene algunos títulos míticos de la historia del cine, críticos y comentaristas elogiaban su versatilidad y solían destacar la mezcla de fortaleza y ternura como la gran arma de seducción que desplegó ante sus coestrellas. Peck se casó en 1942 con la diseñadora finlandesa Greta Konen Rice, madre de sus tres primeros hijos, con la que compartió la parte más dulce de su juventud. Se divorciaron de común acuerdo en 1954, y la Nochevieja de 1955 contrajo nuevo matrimonio con la periodista francesa Veronique Passini, con la que tuvo otros dos hijos, y que fue su compañera hasta su muerte. Gregory Peck, un liberal en toda regla, era conocido por su compromiso en favor de causas y obras solidarias. Fue el presidente fundador del American Film Institute, y en 1947 creó en su ciudad natal la academia de arte dramático La Jolla Playhouse, aún en plena actividad. Nominado 5 veces al Oscar, lo consiguió por su interpretación del abogado “Atticus Finch” en Matar a un Ruiseñor (Robert Mulligan, 1962).

Desde luego, no están todos los que son, pero son todos los que están, o ¿ustedes que opinan?