Como ya es tradición, y a pocas horas de que se entreguen los premios de la Academia americana de las Artes y Ciencias Cinematográficas, El Edén Sideral hace su predicción anual sobre las posibilidades que tiene cierto talento actoral para ganar el Oscar en su categoría de nominación.
En el apartado de los filmes nominados, este año no puede ser la excepción, y entre las 8 cintas nominadas a Mejor Película, sobresalen únicamente dos verdaderas candidatas a obtener el premio gordo: Boyhood: Momentos de una Vida (Richard Linklater) y Birdman o la Insoportable virtud de la ignorancia (Alejandro González Iñárritu), cuyos directores, por supuesto, también se presentan como los grandes favoritos, mermando en mucho las posibilidades de los otros contendientes y las otras cintas en irse a casa con un triunfo inesperado. El Edén Sideral ha visto todas las cintas aspirantes al Oscar y ya tiene su candidata para ganar el premio, no la que cree que podría ganar, sino la que en virtud de su guion, propuesta visual o logros técnicos, debería hacerse con el máximo galardón cinematográfico. Pero esto no lo develaremos hoy, sino en nuestra próxima entrada.
Ahora detengámonos en analizar brevemente las posibilidades de los aspirantes al premio de actuación. En las categorías de actuación protagonista, los punteros son Julianne Moore como Mejor Actriz y Michael Keaton como Mejor Actor, dos maduros interpretes a los que parece ser que les ha llegado la hora de ser reconocidos por sus compañeros de la industria. Sin embargo, en sus respectivas quintetas, se echan de menos los nombres de Amy Adams (Big Eyes) o Jennifer Aniston (Cake), y de Jake Gyllenhaal (Nightcrawler) o Ralph Fiennes (El Gran Hotel Budapest). Pero estas omisiones imperdonables –sobre todo en el caso de Gyllenhaal- ocurren todos los años y no hay manera de que puedan evitarse, a menos que también se amplíe el número de candidatos actorales a 6 o 7 nombres por categoría, lo que parece impensable y que tampoco podrá evitar que los reflectores y apuestas se centren únicamente en dos contendientes y se opaque al resto.
Obviamos analizar las categorías de Actor Secundario y Actriz Secundaria por considerar que son triunfos demasiado previsibles, y que nadie duda que tanto J.K. Simmons (Whiplash: Música y Obsesión) y Patricia Arquette (Boyhood: Momentos de una Vida), respectivamente, subirán la noche del domingo 22 de febrero al Teatro Dolby a recoger sus bien merecidas estatuillas.
Ya sin más dilación, adentrémonos al motivo de este artículo, y comencemos con especular si realmente Julianne Moore merece ser la premiada como la ganadora de la Mejor Actriz del año. La categoría de Mejor Actor será analizada también en nuestra entrada siguiente, el día de mañana. Pasen y lean.
Siempre Alice (Still Alice, Richard Glatzer, Wash Westmoreland) es la película independiente que le dio a Julianne su quinta nominación oscaril, y la que al parecer, le puede dar su primera victoria en estos premios. El guion adapta la novela homónima de Lisa Genova, y nos presenta a Alice Howland (Moore), mujer profesionista de mediana edad, profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso (Alec Baldwin) y tres hijos adultos (Kate Bosworth, Hunter Parrish y Kristen Stewart). Un buen día empieza a sentirse desorientada, y a olvidar cosas más elementales. Preocupada, acude al médico para someterse a unos estudios, tras los cuales, es detectada con alzhéimer hereditario, lo que cambiará su vida, al tiempo que su relación con su familia y con el mundo, para siempre.
Me permito reproducir una crítica que encontré en Filmaffinity del autor Jaly y que describe perfectamente lo que se narra en la película:
“Still Alice expone de manera directa y desprovista de dramatismos exagerados el terror de la enfermedad terrible que es el Alzheimer. Los directores y guionistas Richard Glatzer y Wash Westmoreland apuestan por el retrato sencillo y familiar de una mujer, Alice, que se va perdiendo tras la espesa niebla de su memoria. Y la sutileza de la película y el guión es lo que la hace tan dolorosa, al ver como esa niebla poco a poco se va densificando y convirtiendo en una espesa tela de araña, en un algodón opaco que impide ver lo que Alice había sido. Lo doloroso de Still Alice no está tan solo en la enfermedad en sí misma, o en la crisis de afectos que provoca en la familia de la protagonista, sino en la encarnación desnuda que Julianne Moore hace de Alice. Porque con pequeños gestos, con sutiles movimientos, con una mirada transparente, vamos viendo como Alice, todavía Alice, va dejando de ser Alice. Y en ese largo viaje hacia la noche, vemos como la memoria, el recuerdo, y la brillantez de su inteligencia, van perdiéndose como agua entre sus dedos.”
Julianne ha ganado por Still Alice casi todos los premios cinematográficos concedidos esta temporada: ganó el Premio del Círculo de Críticos Cinematográficos Femenino, el premio Dorian concedido por la Asociación de Críticos Gay y Lesbianas del Entretenimiento, el premio EDA de la Alianza de Mujeres Periodistas Cinematográficas, así como el Critic Choice Award, el Gotham Award, el Hollywood Film Award, el National Board of Review, el premio del Festival Internacional de Cine de Palm Springs, y el premio a Mejor Actriz otorgado por el Instituto Australiano de Cine. Además de los diversos reconocimientos de las asociaciones y círculos de críticos del área de Washington D.C., San Francisco, Houston, Chicago y Londres. Entre los de más trascendencia también se encuentran el Globo de Oro, el Screen Actors Guild Awards, y el BAFTA inglés. ¿Qué otro premio le hace falta en su salón de la fama? El Oscar. Pero…
¿Por qué Julianne Moore NO debería ganar el Oscar de Mejor Actriz?
1. Porque Rosamund Pike realiza una actuación más histriónica que sensitiva en Perdida (Gone Girl, David Fincher), y uno de los mejores thriller del año no puede irse de vacío en la contienda oscaril. Ya le hicieron el feo a su director, a sus guionistas o hasta su actor protagonista (Ben Afleck), así que es justo que Pike sume una estatuilla dorada a los reconocimientos como Mejor Actriz del año que le otorgaron las asociaciones de críticos de Austin, Denver, Detroit, Kansas, Florida, Oklahoma, el Norte de Texas, Phoenix, Saint Louis y Utah, así como los obtenidos en los festivales de cine de Santa Barbara y Palm Springs, además de la Sociedad de Críticos Cinematográficos Online, Londres y Sant Jordi, entre otros.
2. Felicity Jones está llamada a convertirse en la nueva estrella del momento, la sucesora quizá de Natalie Portman y Keira Knightley, y ahora que ha fichado para un papel protagonista en un spin-off de Star Wars un Oscar concedido en su primera nominación le caería de maravilla. Además, debe tomarse en cuenta que ella es el alma de La Teoría del Todo, donde interpreta a un personaje real, al que Stephen Hawking le debe mucho más que haber sido la madre de sus hijos.
3. Ni Judi Dench (Iris) en 2001, ni Emmanuelle Riva (Amour) en 2012 obtuvieron la victoria por interpretar a una mujer mayor aquejada con el alzheimer, ¿por qué una actriz de mediana edad tendría que ser premiada si la actuación no es ni tan desgarrante como las otras dos ni la película tan efectiva como aquellas?
4. Hasta ahora en la historia del Oscar, solo Susan Sarandon ha ganado su primera estatuilla en su quinta nominación, y esto sucedió en el ya lejano 1996. La estadística por lo tanto no está de parte de Julianne Moore, y puede ser difícil que si tanto Shirley McLaine (1984) como Kate Winslet (2012) lo consiguieron en su sexta candidatura, Moore lo consiga una nominación antes. Glenn Close aún no lo obtiene, y ya va en la sexta mención.
5.- Porque Meryl Streep ya lleva... ¡ups! Ella ni siquiera está nominada... en esta categoría. Mil disculpas...
¿Por qué Julianne Moore SÍ debería ganar el Oscar de Mejor Actriz?
1. Porque en 2003 se lo merecía en cualquiera de sus dos menciones. Como Actriz Secundaria, estuvo mejor por Las Horas que Catherine Zeta Jones por Chicago, y además era la verdadera protagonista de esa historia, así que hasta su candidatura fue erróneamente registrada. En Lejos del Cielo rendía un homenaje a las divas de Douglas Sirk de los melodramas de los años 50’s, y también estuvo muy por encima de Nicole Kidman por Las Horas. Si esta última hubiera sido premiada como Actriz Secundaria, se hubiera hecho justicia, dejándole libre el camino a Moore para recoger la presea. Este 2015 es el año de la expiación de culpas de los académicos, y concederle el Oscar a Julianne por sus omisiones en el pasado, les garantiza la aceptación popular.
2. Nadie daba a Marion Cotillard como segura candidata a los Oscar de este año, por lo que su nominación, merecida, eso sí, resultó una agradable sorpresa pero sin verdadero valor de cara al triunfo. La actriz francesa ya tiene un Oscar en casa conseguido en 2007 por La Vida en Rosa, y si por su actuación en la cinta extranjera Dos Días, Una Noche logró la presea a Mejor Actriz en los Premios del Cine Europeo, pero no el Cesar francés ni el reconocimiento en Cannes, no puede esperarse que triunfe en los premios de la Academia de Hollywood. La favorita sigue siendo Julianne Moore.
3. Caso parecido al anterior es el de Reese Whiterspoon, que realiza una sobresaliente interpretación en Alma Salvaje (Wild, Jean-Marc Vallée), y que por momentos nos retrotrae a la cinta 127 Horas (Danny Boyle, 2010) que consiguió darle una nominación como Mejor Actor a su protagonista James Franco. El problema aquí es que Witherspoon ya tiene un Oscar en casa (Walk the Line, 2005), y también se enfrenta a una actriz consagrada que –pasada por alto en años anteriores- resulta ser la máxima favorita para el triunfo de esta edición. La rubia actriz valida su estatuilla anterior, pero no volverá a ganar otra más, o al menos no este año.
4. Premiar a Rosamund Pike por Perdida (Gone Girl) supondría un verdadero escándalo en Hollywood. Pues es la única nominación a la que aspira la cinta, que dividió a la crítica y al público a partes iguales. Hay quienes la aman y hay quienes la aborrecen. Hay para quienes significó un auténtico descubrimiento y hay para quienes fue una gran decepción. Pike quizá no tiene nada que ver con esto, pero la Academia siempre busca premiar en los apartados actorales a cintas que hayan sido al menos bien aceptadas por la mayoría de la crítica para que den su beneplácito y avalen el reconocimiento. Por lo tanto, Pike no será premiada por su trabajo en cine, aún no.
5. La Academia tiende saldar deudas pasadas en su historial de nominaciones. Y tomando en cuenta que Julianne Moore a sus 54 años acumula ya 5 candidaturas infructuosas (dos como Actriz de Reparto y tres como Actriz Protagonista), este es el mejor año para resarcir las omisiones anteriores. Julianne es una actriz querida y respetada, que ha sabido madurar interpretativamente y envejecer bien delante de la cámara, sin perder la belleza y encanto que a muchos conquistó allá en su primera nominación con Boggie Nights (1997). Se le echó de menos una nominación por su papel en Magnolia (1999) o Los niños están bien (2010), así que este año, sin grandes favoritas en el camino, puede ser el suyo. Los votantes sabrán valorar su historial.
“Esta es mi noche. Por la que llevo esperando toda mi carrera”, debe pensar la pelirroja actriz mañana domingo. El vestido estará listo e impecable para hacer historia. Sabe que va a la cabeza de las predicciones, y aunque la cara de sorpresa que ha ensayado para el momento en que Matthew McConaughey mencione su nombre y suba a recoger su estatuilla pueda o no verse auténtica, sabe perfectamente que los discursos más recordados son aquellos donde unas lagrimitas inseguras resbalan por los ojos de los premiados. Así que mañana, lloraremos con ella y aplaudiremos de gusto porque una vez más, se ha hecho justicia y no ha habido lugar a las sorpresas, en esa siempre vilipendiada pero hipnótica gala de los Oscar. See you later!!!
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