jueves, 14 de febrero de 2013

Diálogos Inolvidables: The Great Gatsby


El Gran Gatsby
(The Great Gatsby, 1974)


Director: Jack Clayton.

Guión: Francis Ford Coppola (sobre la novela hómonima de F. Scott Fitzgerald).

Reparto: Robert Redford, Mia Farrow, Sam Waterston, Bruce Dern, Lois Chiles, Karen Black, Scott Wilson.

Premios Oscar: Mejor Vestuario y Mejor Adaptación Musical.




Nick Carraway (Sam Waterston) es un joven profesional que se traslada a vivir a West Egg, en Nueva York. Su vecino, el misterioso señor Gatsby (Robert Redford), vive en una lujosa mansión y organiza continuas y espectaculares fiestas a las que un buen día Nick es invitado. Y es que Gatsby es un hombre de origen humilde que se ha enriquecido después de la I Guerra Mundial y vive atormentado por el amor de Daisy Buchanan (Mia Farrow), prima de Nick, que no ha sabido esperarlo y se ha casado con un hombre rico y vulgar (Bruce Dern). A los oídos de Nick llegan oscuras historias que le hacen recelar del extravagante personaje, pero aún así él y Jordan Baker (Lois Chiles), otra de sus parientes, le ayudan a reencontarse con el amor de su juventud. El esposo de ella, mientras tanto, también sostiene un indiscreto romance con la mujer del operario de una gasolinería, hasta que un día se descubre ese mundo de engaños en el que hay lugar para el romanticismo, la pasión, la crítica a la alta sociedad y el drama criminal.




 




La escena que hemos elegido de esta tercera adaptación cinematográfica de la celebrada novela de F. Scott Fitzgerald, acontece a la hora de metraje y corresponde a uno de los fraguados encuentros que Daisy tiene con su amor de juventud. Hablan sobre el pasado, viendo antiguas fotografías suyas y recortes de periódicos donde ella aparece. Es momento de sincerarse y ser honestos sobre el pasado. Hablan sobre el amor que se tuvieron, y Jay le recrimina su decisión al haberse casado con otro…

 




 

Gatsby: ¿Y Tom? ¿Le amabas?
 
Daisy: ¿Qué Tom?
 
Gatsby: Tom, tu marido.
 
Daisy: Ya sé a quién te refieres.
 
Gatsby: ¿Por qué te casaste con él, Daisy?
 
Daisy: No quiero hablar de Tom. Ni de mi boda. Me pone triste. Y quiero ser muy feliz… Antes, te gustaba hacerme feliz.
 
Gatsby: Tú no le querías.
 
Daisy: … ¡Qué fácil fue para ti, verdad! Entrar así en mi vida. Pasear en mi automovil blanco. Vistiendo el uniforme romántico que ocultaba quien eras y de donde venías. Me destrozaste el corazón con tu amor imposible. Para luego escapar hacia tu gran aventura de la guerra.
 
Gatsby: Te dije que volvería, en mi carta. Prometiste esperar.
 
Daisy: Y esperé tanto… Estuvimos tan unidos. En nuestro país de amor.
 
Gatsby: ¿Por qué te casaste con él?

Daisy: … El Sr. Tom Buchanan, hijo del Sr. Tom Buchanan de Chicago Illinois, irrumpió en mi vida con más lujo y esplendor de los que nunca había conocido, Gatsby. Llegó acompañado de 100 invitados en cuatro vagones privados del ferrocarril. Alquiló una planta entera del Hotel Newback, y, y, y me dejó completamente deslumbrada.
 
Gatsby: Te regaló un collar de perlas. De 350 mil dólares.
 
Daisy: Jordan Baker te lo dijo, ¿no? ¡Traidora! Bien, qué más te contó Jordan. ¿No te dijo en qué estado me encontró aquella noche? Tirada en la habitación de mi hotel. Borracha perdida con una botella de Sothern en una mano y… y…
 
Gatsby: …Y mi carta en la otra.
 
Daisy: Nunca había bebido una copa -le dije-, pero cielos, como me gusta. Saqué el collar de perlas de 350 mil dólares de la papelera donde lo había tirado y le dije: “Cariño, llevalas a la calle y devuélvelas a quien sea su dueño en Chicago. Y dile, dile a todo el mundo que Daisy ha cambiado de idea… Daisy ha cambiado de idea.
 
Gatsby: Y al día siguiente a las 5 te casaste con Tom Buchanan sin pestañear siquiera.
 
Daisy: ¿Sabes lo que hizo Jordan? Llenó la bañera de agua fria y me metió vestida. Yo no podía parar de llorar pero no quería soltar la carta. Tu carta. Me aferraba rabiosamente a ella. Hasta que se hizo pedazos en el agua. Se derritió como nieve.
 
Gatsby: … ¿Por qué?, ¿por qué no me esperaste?
 
Daisy: ¿Por qué…? Porque las niñas ricas no se casan con jóvenes pobres, Jay Gatsby. ¿Es que no lo sabes? Las niñas ricas no se casan con jóvenes pobres...
 

 




 


Aquella frase tan hiriente como verdadera no hará mella en el corazón de ese hombre solitario y enigmático que sólo ha ambicionado realmente una cosa en su vida: el amor de una mujer que ya le pertenece a otro. Mientras que Tom y Daisy, tal como Nick los describe, son gente muy despreocupada. Lo aplastan todo y luego se refugian en su dinero, o en su indiferencia, o en aquello que les mantiene unidos, y otros arreglan lo que ellos destrozaron…
 






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